artículos de actualidad
septiembre 2020
Asignaturas que siguen pendientes en las casi 5.000 residencias de ancianos en España
Fuente: www.abc.es. EFE
Autor: E.M
La segunda ola del coronavirus que llama ya a las puertas de las residencias requiere una tanda de medidas que siguen sin adoptarse
La segunda ola del coronavirus que llama ya a las puertas de las residencias requiere una tanda de medidas que siguen sin concretarse, como éstas:
1. Test a todo el personal de los centros de mayores
¿Quién paga los test serológicos y PCR que deben hacerse todos los trabajadores de las residencias de ancianos, también a su vuelta de vacaciones? Este fue el primer escollo de las reuniones en Derechos Sociales.
Las patronales de los centros, FED y Ceaps–que gestionan más del 70% de las 371.000 plazas residenciales de mayores– reclaman que se haga cargo la Administración, mientras los costean, a través de las mutuas respectivas. Tampoco se ha surtido a los centros de EPI y protección suficiente.
2. Mapa epidemiológico de las residencias
No se ha elaborado un mapa epidemiológico de la incidencia por centros concretos, ni tampoco por provincias. Los gestores de los geriátricos y residencias subrayan que, a pesar de haber trasladado los datos de incidencia de la enfermedad en cada centro y en tiempo real, no se tiene constancia de ese mapa que reflejaría a la perfección los «puntos calientes».
«No es lo mismo tener un centro con un 70% de inmunidad entre los residentes que un 5%, para adoptar medidas y frenar el avance del virus», señala Ignacio Fernández-Cid, presidente de la Federación Empresarial de la Dependencia.
3. Recogida de datos homogénea y transparencia
El 7,4% de los más de 1.100 activos en el país lo están en residencias; pero se desconoce de forma oficial cuántos mayores murieron en ellas en los últimos meses o siguen haciéndolo. El sector reclama mayor transparencia. En la reunión con el Gobierno, las autonomías trasladaron que se necesita un sistema de recopilación de datos más homogéneo.
Haber sufrido ictus triplica el riesgo de muerte por covid
Fuente: https://www.diariodeburgos.es
El jefe del servicio de Neurología del HUBU, José María Trejo, publica una revisión bibliográfica de los estudios realizados hasta el momento y apunta a que la disminución de la asistencia sanitaria y el aislamiento social pueden estar aumentando.
Las secuelas neurológicas que ha dejado la covid-19 en multitud de pacientes, ha hecho que esta especialidad se vuelque en analizar cómo está afectando el nuevo virus SARS-CoV-2 al sistema nervioso y al cerebro. Así, la Sociedad Española de Neurología acaba de hacer una selección de los principales estudios españoles que se han publicado hasta el momento sobre la vinculación entre el coronavirus y las patologías neurológicas entre los que se encuentra una revisión sistemática de bibliografía realizada por el jefe del servicio de Neurología del HUBU, José María Trejo, y publicada en el número de junio de la revista Neurología, donde se llega a la conclusión de que en las personas con antecedentes de ictus se multiplica por tres el riesgo de fallecer por covid-19.
Una revisión sistemática es un análisis de todos los trabajos publicados sobre un mismo tema que sigue una metodología similar a un estudio científico. Para llevar a cabo este trabajo, Trejo examinó las series de casos de covid-19 que han tenido un infarto cerebral como complicación, los mecanismos por los que se pueden producir ictus en esta nueva enfermedad y el pronóstico de los enfermos con antecedentes de accidente cerebrovascular que sufren covid-19. Es en este último punto en el que constató que todas las series clínicas que lo han explorado han encontrado que haber padecido anteriormente un infarto cerebral empeora el pronóstico: “Al agrupar las series de hospitales de toda China, sumando más de 1.500 pacientes, se comprueba que el haber sufrido previamente un ictus multiplica el riesgo de muerte por tres”.
Por otro lado, señala Trejo en su estudio que en este momento el ictus “no parece una de las complicaciones principales de la covid-19 (…) aunque tiene capacidad para producirlo por lo que es necesario estar vigilantes”. También advierte de que los resultados de la revisión deben considerarse provisionales “pues debido al poco tiempo que ha pasado todavía hay pocas series clínicas, se refieren todas ellas a la población china y han prestado poca atención al ictus”. Por otro lado, llama la atención sobre el hecho de que la saturación hospitalaria y las limitaciones de movilidad de la población con antecedentes de accidente cerebrovascular “pueden haberles impedido llegar al hospital y ser diagnosticados distorsionando su proporción de infección por SARS-CoV-2 y su mortalidad”.
En este sentido, reflexiona sobre que durante la pandemia la enfermedad y muerte por infarto cerebral “podría estar aumentando inadvertidamente por mecanismos indirectos como son el miedo de los pacientes a acudir al hospital y estar ocupados todos los recursos sanitarios en la atención de enfermos de covid-19″. A su juicio, esto ha repercutido en tiempos de repercusión cerebrovascular y cardíaca (dos tratamientos contra el ictus) más prolongados, “lo que ha llevado a las organizaciones profesionales a emitir recomendaciones para adaptar el tratamiento tanto del ictus como del infarto de miocardio a la pandemia”. Otros elementos que cree que podrían estar aumentando la incidencia son un menor control de los factores de riesgo vascular debido a una disminución de la atención sanitaria “y el aislamiento social que impone la pandemia”.
Por otro lado, Trejo explica que entre los síntomas neurológicos asociados a la covid-19 aparecen los dolores de cabeza y musculares (mialgias) y confusión, “que son respuestas generales del cuerpo que suceden en cualquier infección por virus” pero que hay otros específicos de la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus como la pérdida del olfato y del gusto, “que, al final, es lo mismo porque la mayor parte del gusto lo percibimos por el olfato”.
Señala, además, que aunque se han dado casos de lesiones específicas del sistema nervioso, son muy poco frecuentes: “Este es un virus que no invade el sistema nervioso, al contrario que algunos otros virus como los de la meningitis que producen encefalitis, y, de momento, no estamos viendo secuelas retrasadas en el cerebro, con lo cual es poco probable que haya, y aunque estamos vigilantes no estaría justificada ninguna alarma”.
El jefe del servicio de Neurología apunta también que, a pesar de que no son los que llevan a las personas a sus consultas, sí que están detectando en sus pacientes trastornos psicológicos como fobias “que hacen, por ejemplo, que no se quieran quedar en el hospital cuando deberían hacerlo por una urgencia neurológica por el miedo a morir de covid-19”.
A pesar de todas estas vinculaciones entre el nuevo coronavirus y los trastornos de tipo neurológico Trejo no ve que sea necesario -“al menos en este momento”- que se cree una consulta específica dentro del servicio.
Radar Covid: luces y sombras de la aplicación de rastreo de coronavirus
Fuente: www.abc.es
Autor: J.M Sánchez
La herramienta de rastreo de coronavirus, la más descargada en Android e iOS en estos momentos, se ha activado por siete comunidades y promete proteger la privacidad de los usuarios
Desarrollada desde hace cuatro meses y probada «con éxito» en La Gomera (Canarias), Radar Covid empieza su travesía en el burocrático territorio nacional con el reto de ser una herramienta útil en la contención de la pandemia en España. Son ya seis las comunidades autónomas que han adaptado la aplicación de rastreo de infectados por coronavirus Covid-19, pero alrededor quedan depositadas algunas dudas y muchas esperanzas.
Primer obstáculo: convencer para ser descargada
Lo primero que hay que tener en cuenta es que su efectividad está ligada directamente a su uso. Y quien dice «uso» no se refiere únicamente a las descargas, que también son necesarias para cubrir un mayor espectro de población. Diversos estudios apuntan a que para que estas «vacunas» digitales sean útiles, se requiere de una adopción a escala masiva, en torno a un 60% de la población. Fuentes del Ministerio de Economía aseguran a este diario que un 25% de uso es suficiente para ser efectiva. Otros estudios recalcan que son útiles incluso con pocos usuarios.
De momento, la «app» acumula más de un millón de descargas en Android y es la más descargada en los móviles iPhone. Un dato optimista, aunque todo va a depender de si las personas que den positivo en las pruebas del coronavirus introducen el número asociado a cada test en el servicio para su seguimiento.
Posibles falsos positivos
La herramienta funciona por medio de la tecnología inalámbrica de corto alcance Bluetooth (no tiene acceso al sistema GPS), con lo que se requiere de proximidad para obtener las notificaciones de exposición por Covid-19. El software registra los móviles que han estado en un rango cercano de dos metros durante más de 15 minutos.
En caso de que uno de esos terminales se haya incluido el código de la prueba de la enfermedad se notificará a todos los usuarios que hayan estado cerca. Sin embargo, pueden darse falsos positivos dado que puede recibirse una alerta de un vecino con el que no se ha cruzado en el edificio.
Temor sobre la privacidad
El Gobierno aseguró que en el momento en el que la aplicación se lanzara a escala nacional se haría público su código fuente, es decir, el código de programación con el que funciona. En ese momento se podrán conocer sus secretos y resolver algunas dudas en materia de privacidad. La herramienta promete proteger la intimidad de las personas. Funciona por medio de un código alfanumérico que se genera aleatoriamente con lo que se no se puede identificar a los usuarios.
No registra ningún dato personal, así como tampoco los nombres, número de teléfonos, edad, correo electrónico, ni localización. Promete que toda la información se queda recopilada en el teléfono, lo que imposibilita que se comparta, bajo ningún concepto, con un tercero. En otros territorios se han utilizado herramientas basadas en código abierto, mientras que en España se ha invertido más de 250 mil euros en su desarrollo por parte de Indra.
¿Por qué en Android requiere de acceso al GPS?
En la versión para dispositivos Android se requiere de tener activado por defecto la función GPS. Esto se debe, según informa el medio especializado «Xataka», al propio ecosistema de Google, aunque eso no quiere decir que tenga acceso a la geolocalización de los usuarios. En iOS, por el contrario, no presenta esta exigencia para su correcto funcionamiento.
Fallos técnicos
Otro de los fallos técnicos localizados se encuentra con el proceso de actualización. Tal vez derivado por las prisas o despistes en el desarrollo, la versión para iOS de Radar Covid no permite instalar correctamente las actualizaciones. No se puede utilizar directamente desde la herramienta como cualquier aplicación, sino que requiere de eliminarla y volverla a descargar. Es un proceso denso que corre el riesgo de no registrar la adopción necesaria para ser verdaderamente útil en la contención del virus. Expertos en informática consultados por ABC lo han calificado de «chapuza».
Problemas burocráticos
No será totalmente operativa hasta que las distintas comunidades autónomas la implementen en sus propios sistemas sanitarios. De momento, hay siete comunidades (Andalucía, Cantabria, Aragón, Extremadura, Canarias, Baleares y Castilla y León) que han comenzado a activarla. También va a tardar un tiempo en que funcione de manera interoperable entre países, que era una de las propuestas. El Gobierno asegura que estará operativa el 15 de septiembre en toda España.
Si tienes estos móviles no podrás usarla
Otro de los asuntos más preocupantes es la brecha existente entre los ciudadanos y este tipo de herramientas.
Las personas que se encuentran en la Tercera Edad es el colectivo de riesgo en la pandemia. Muchos de ellos no utilizan ni siquiera teléfonos móviles inteligentes. Además, Radar Covid, por ahora, está únicamente disponible en móviles compatibles con las versiones de los sistemas operativos iOS 13 o Android 6.0.
Otro obstáculo adicional es que los últimos modelos de Huawei como los P40 no cuentan con los servicios de Google a consecuencia del veto impuesto por el Gobierno estadounidense. Eso implica que no se puede descargar la «app» de rastreo de manera directa al no existir la tienda Google Play. Su alternativa, App Gallery, no cuenta con el servicio disponible. Es posible descargarla pero no es un proceso sencillo y, por supuesto, no al alcance posiblemente de las personas mayores.
La brecha digital y unas oficinas colapsadas complican los trámites en la nueva normalidad
Fuente: www.rtve.es
Autora: María Jesús Álvarez
La mayoría de administraciones solo atienden con cita previa que es, en ocasiones, muy difícil de conseguir.
Es por la mañana, y varias personas esperan frente a una delegación de la Seguridad Social. Forman un grupo heterogéneo: hombres y mujeres, jóvenes con carritos de recién nacido, ancianos, inmigrantes y nacionales. Todos necesitan hacer alguna gestión más o menos urgente, pero solo pueden hacerla si han solicitado una cita previa. Pocos la tienen. “Yo la conseguí por la web, eso sí, hace 16 días”, comenta uno de ellos, antes de que la vigilante de seguridad le permita entrar. Al resto, los atiende pacientemente con la cancela de por medio. Les da un papel donde figura un número al que tienen que llamar para conseguir la cita previa, pero les advierte de que deben insistir mucho porque está “saturado”. Estamos en Sevilla pero podría ser cualquier otra ciudad.
“Yo no me manejo en internet, no todos podemos hacerlo así“
“Este número es de pago, es un 901”, se queja una de las personas que estaba pidiendo información. Nos cuenta que su médico le ha dado una baja y que en su empresa le han dicho que tiene que acudir a la Seguridad Social para gestionar ella misma el papeleo. “Si no, dice que lo intentemos por internet, pero yo no me manejo, no todos podemos hacerlo así”. Lo mismo nos dice Antonio, de 63 años: “Yo no tengo internet, no tengo ordenador ni sé cómo funciona. Tendré que llamar a un sobrino para que me lo haga”.
El ingreso mínimo vital multiplica las citas en la Seguridad Social
RTVE se ha puesto en contacto con la secretaría de Seguridad Social y Pensiones, donde nos dicen que la aprobación del ingreso mínimo vital “ha multiplicado la demanda de citas a niveles nunca antes registrados”. Reconocen que “en momentos puntuales” no se han podido atender las llamadas de petición de cita previa. Nos informan de que 117 operadores atienden los teléfonos en dos turnos. Los trámites se pueden hacer con el sistema cl@ve o con firma electrónica en la web de la Seguridad Social. También, advierten, han puesto en marcha un canal para realizar trámites sin necesidad de esos sistemas. Se puede pedir desde el alta en una pensión de jubilación a la prestación de maternidad y paternidad, nos dicen, entre otras gestiones.
Sin embargo, algunos usuarios también se quejan de que la página no funciona bien, incluso con el certificado digital. Olga lleva semanas intentando conseguir un documento, el llamado P1, necesario para que a su hija recién nacida le den la tarjeta sanitaria. “Metes todos los datos, el sistema se queda pensando y al final te da error”. Ha decidido presentarse en el centro de salud y pedir cita, porque conseguir el documento es “imposible”, nos dice.
“Si está abierto todo lo demás que abran las oficinas“
“Si abren los bares por qué no abren las oficinas, la gente lo necesita. No todo el mundo se maneja por internet. Cuando intento buscar en una página pido ayuda por teléfono pero siempre te contestan: Ocupado, ocupado, ocupado. Si está abierto todo lo demás que abran las oficinas, que atiendan que lo necesitamos”, nos dice Yolanda a las puertas de la oficina de la Seguridad Social con desesperación en la voz.
Buenos servicios para una población con insuficiente competencia digital
El hecho es que según un reciente informe de la Comisión Europea, que mide desde 2014 los avances digitales de los Estados Miembros, España ocupa el segundo puesto de los 27 (solo por detrás de Estonia) en cuanto a servicios públicos digitales. Está muy por encima de la media de la Unión.
Pero se encuentra por debajo de la media en cuanto a su “capital humano”, esto es, las capacidades de la población española para gestionar sus asuntos online. Ese mismo informe dice que cuatro de cada diez españoles carecen de competencias digitales básicas.
“Las competencias digitales son las capacidades de las personas para aprovechar las tecnologías para su vida diaria” nos cuenta Javier López, responsable, precisamente, de competencias digitales en Cruz Roja Andalucía. “Podemos pensar que ahora como todos tenemos un smartphone, todos sabemos utilizar internet, pero no es así”. Estas competencias van desde saber adjuntar un archivo hasta diferenciar un bulo de una noticia real. Durante el confinamiento esta ONG ha estado prestando ayuda a las personas “desconectadas”, proporcionándoles equipos adecuados o conexiones a internet. Desde hace más de una década, una red de voluntarios digitales ayuda y enseña a los que lo necesitan a utilizar las herramientas digitales. Ahora tienen mucha actividad sobre todo con las solicitudes del Ingreso Mínimo.
Inmaculada Pérez es una de esas voluntarias digitales. En las oficinas de la Cruz Roja de Sevilla, donde ejerce, han llegado a atender hasta a 20 personas al día. “El principal problema ahora es que es necesario adjuntar en cada petición mucha documentación, y las personas a las que ayudamos no saben ni dónde encontrar o a quien pedir todos esos documentos”. Tamara, a la que está ayudando a solicitar el ingreso mínimo, lo confirma: “Yo sola no podría hacerlo, la verdad”.
“La gente usa internet para el ocio, pero no para cosas más serias“
“Durante el confinamiento nos hemos encontrado con situaciones rocambolescas. Desde familias que solo tenían un teléfono para que sus hijos hicieran las tareas escolares, o personas que enviaban enlaces a través de fotos, pensando que así se puede acceder a ese contenido. La gente usa internet para el ocio sobre todo, pero no para cosas más serias”, nos dice Javier López. Unas carencias que ahora en la “nueva normalidad” son aún más sangrantes: “En situaciones donde la moviliad y el contacto social está mucho más restringido nuestra única ventana al mundo es la tecnología. Si no tienes las habilidades o los medios corres el riesgo de quedarte fuera”.
Personas mayores en la nueva normalidad, consejos para mejorar su bienestar
Fuente: wwwefesalud.com
Autora: Sara Mancebo Salazar
La Fundación Edad & Vida promueve una campaña para mejorar el bienestar físico y emocional de las personas mayores ante la nueva normalidad. Para ello ha elaborado un decálogo de recomendaciones dirigido a mayores, profesionales y familiares de 31 residencias de toda España. No aislarse, establecer nuevas rutinas o mantener unos hábitos de vida saludables son algunos de sus consejos
La Fundación Edad&Vida, con esta campaña, ofrece pautas dirigidas al colectivo de personas mayores para ayudarles a mejorar su bienestar físico y emocional, y contribuir a su adaptación a la nueva normalidad.
El objetivo es apoyar a las personas mayores en esta fase de nueva normalidad y aportar pautas a los profesionales y cuidadores que los atienden, así como a los familiares.
Durante los últimos meses el colectivo de personas mayores ha sido el más vulnerable a la pandemia de COVID-19, no solo por tener mayor riesgo de padecer síntomas graves, sino también por los problemas emocionales que el confinamiento, la desescalada y la incertidumbre ante la situación actual de nueva normalidad han conllevado.
Alimentación saludable e hidratación adecuada
La Fundación Edad&Vida destaca que para mantener el bienestar físico es necesario seguir unos hábitos alimentarios saludables, señalando la dieta mediterránea como ejemplo por ser variada, moderada y equilibrada.
Además, se debe dar protagonismo, no solo a lo que se come, sino a cómo, cuándo, dónde y de qué forma se hace.
Por otra parte, teniendo en cuenta que esta campaña se pone en marcha en la época estival, con un incremento notable de las temperaturas, se enfatiza la necesidad de mantener una adecuada hidratación, algo especialmente importante en las personas mayores, ya que en ellas disminuye la sensación de sed.
Recuerdan que la población masculina debe ingerir 2,5 litros de agua al día y las mujeres 2, aproximadamente; el 20% debe provenir de los alimentos y el 80% de agua y otras bebidas.
Además del agua, también pueden contribuir a la hidratación diaria otras bebidas como infusiones, caldos, zumos o cualquier otra que aporte agua, siendo recomendable que sean bajas en calorías y sin azúcares.
Por otro lado, se recuerda la necesidad de realizar ejercicio físico, adaptando el ritmo de la actividad a la forma física de cada persona y manteniéndose siempre hidratado.,El ejercicio físico contribuye a mantener la estabilidad emocional y a recuperar el nivel funcional tras haber pasado tanto tiempo dentro de casa en el confinamiento.
Bienestar emocional: rutinas, ejercicio y aire libre
También se hace especial hincapié en contar con una buena salud emocional,utilizando el humor para reducir los momentos de estrés vividos en esta época de incertidumbre.
También es importante mantenerse ocupado y establecer rutinas a lo largo del día, así como sacarle partido a la tecnología para mantener un mayor contacto con el entorno.
Estas rutinas diarias, además de las reuniones con amigos y seres queridos, incluyen la práctica de ejercicio físico y actividades al aire libre.
De esta manera, se contribuye a mantener la estabilidad emocional y a recuperar, por un lado, el nivel funcional tras haber pasado tanto tiempo dentro de casa y con movimientos restringidos y, por otro, mejora el humor y la sensación global de bienestar.
Por otra parte, la exposición al sol en las horas adecuadas, tomando las debidas precauciones, ayuda a mejorar los niveles de vitamina D, necesaria para la absorción del calcio y para mantener una buena salud ósea.
Asimismo, este decálogo recuerda que las personas mayores que han estado expuestas al coronavirus, tienen un estado de salud vulnerable o patologías previas, deberán ser más cuidadosas y prudentes en la adopción de las medidas de protección y prevención.
La edad de jubilación puede anticiparse según el grado y el tipo de discapacidad del trabajador
Fuente: www.65ymas.com
Autora:Pepa Montero
En los próximos años, es previsible que la Seguridad Social tenga que gestionar la pensión de jubilación contributiva de numerosas personas con síndrome de Down u otra discapacidad intelectual, que se han ido incorporando al mercado laboral en los últimos 20 años, y a quienes les quedan pocos años para poder jubilarse.
Ante esta situación novedosa, surgen muchas dudas, como la edad a la que se pueden jubilar, qué requisitos tienen que cumplir o cuál será el importe de la pensión que percibirán, habida cuenta de que, en su inmensa mayoría, estas personas cobran sueldos más bajos, al realizar un trabajo de jornada parcial.
Tal y como reconoce Jorge González, coordinador de Vida Adulta de Down Madrid (@DownMadrid), existe mucho desconocimiento entre las familias y los propios trabajadores, sobre si por ejemplo, influye la jornada laboral en el cálculo del periodo de cotización, motivo por el cual la asociación acaba de lanzar la guía Jubilación contributiva de personas con discapacidad intelectual, elaborada con el apoyo de Fundación ONCE (@Fundacion_ONCE), de la que González es coautor.
El grado y tipo de discapacidad influyen mucho
Un requisito indispensable para poder acceder a la prestación económica es haber cotizado un mínimo de 15 años en jornada completa o parcial a la Seguridad Social y al menos dos años de este total (730 días) tienen que estar comprendidos dentro de los últimos 15 años inmediatamente anteriores a la fecha de jubilación (carencia específica).
“Esta cuestión es muy necesario explicarla, ya que desde julio del 2019 (sentencia 91/2019 del Tribunal Constitucional), el tipo de jornada no influye en el cálculo del periodo de cotización a la hora de determinar la jubilación”, precisa la guía.
Otro aspecto diferencial de la jubilación de este sector de población es que, con la revisión de la legislación, en el caso de personas con discapacidad, la edad ordinaria de acceso a la jubilación (fijada en 65 y años y 10 meses para 2020) puede anticiparse justificando el grado, igual o superior al 45%, y el tipo de discapacidad. Así lo establece el Real Decreto de la Ley de la Seguridad Social de 2009 o el Real Decreto de 2003, por el que se fijan coeficientes reductores de la edad de jubilación a favor de los trabajadores que acrediten un grado importante de discapacidad.
Jubilación a partir de los 52 años
Más en detalle, los trabajadores con discapacidad intectual podrán acogerse al Decreto que más les convenga, en caso de que cumplan los requisitos planteados en ambos.
– Para que se aplique el Real Decreto 1851/2009, los requisitos exigidos son estos: la discapacidad tiene que ser de al menos el 45%; cumplir el periodo de carencia genérica y específica; y el tipo de discapacidad tiene que ser alguna de las recogidas en el artículo 2 del Real Decreto. Podrán entonces jubilarse a los 56 años.
– Para que se aplique el Real Decreto 1539/2003, los requisitos son estos: los trabajadores por cuenta ajena con un grado de discapacidad igual o superior al 65%, ven reducida la edad de jubilación en un cuarto de año (0,25) por cada año cotizado a la Seguridad Social.
Si, además de poseer dicha discapacidad, la persona acredita la necesidad de otra persona para realizar los actos esenciales de la vida, la reducción de la edad de jubilación es de medio año (0,5) por cada año cotizado. Podrán entonces optar a jubilarse entre los 52 años (la edad mínima para cobrar pensión de jubilación es de 52 años según el artículo 206 del RD Legislativo 8/2015), y los 65 y 10 meses (vigente en 2020).
“Según nuestra experiencia, pocas personas con discapacidad intelectual, próximas a jubilarse en este momento, van a poder beneficiarse de este Real Decreto 1539/2003, debido principalmente a que muchas de las personas con discapacidad intelectual no tenían reconocida la necesidad de ayuda de tercera persona al comenzar a trabajar”, explican los autores de la guía de Down Madrid.
5 cuestiones claves
1. Valoración de dependencia
De acuerdo a los expertos de la asociación Down Madrid, a las personas valoradas de dependencia con un grado de discapacidad igual o superior al 65% y trabajadoras por cuenta ajena, se les reduce la edad de jubilación en medio año (0,5) por cada año cotizado.
2- Jornada de trabajo
La jornada de trabajo (completa, parcial, por horas, reducia…) no afecta al cálculo del periodo de cotización para tener derecho al cobro de la pensión, tal y como establece la sentencia 91/2019 del Tribunal Constitucional.
3.- Cómo afectan los años cotizados
Al igual que sucede con las jubilaciones de personas sin discapacidad, el número de años cotizados se utiliza para calcular el porcentaje a aplicar a la base reguladora y determinar el importe de la pensión de los empleados con discapacidad intelectual.
4. Si el importe de la pensión es inferior a la mínima de jubilación…
En este caso, se puede percibir el complemento a mínimos de pensión, siempre que se cumpla el requisito indispensable de no percibir ingresos de cualquier otra fuente, y en caso de percibirlos, en el año 2020 no pueden exceder de 7.638 euros anuales, sin incluir el importe de la pensión. La cuantía de la pensión mínima este año se sitúa en 683,50 euros mensuales (9.569 euros al año) en caso de jubilación con 65 años, y de 639,50 euros al mes (8.953 euros anuales) si la jubilación se produce antes de los 65 años.
5.- Importe de la pensión de jubilación
Para calcular la cuantía de la pensión, lo primero es ver la base reguladora que le corresponde, en función de las cotizaciones efectuadas a la Seguridad Social durante el número de años computables, según la fecha de jubilación y la normativa vigente (para 2020 se computan los 23 años inmediatamente anteriores).
A continuación, a la base reguladora que se obtenga, se le aplica un porcentaje en función del total de años cotizados a la Seguridad Social. Este resultado es la cuantía mensual que el trabajador va a percibir en concepto de pensión de jubilación.
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