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diciembre 2019
¿Qué es la incapacidad permanente y cuáles son sus grados?
Fuente: www.asepeyo.es
La incapacidad permanente es aquella situación en la que un trabajador, después de haber sufrido un accidente de trabajo o habérsele diagnosticado una enfermedad profesional, y haber seguido el tratamiento médico correspondiente, tiene secuelas previsiblemente definitivas que le impiden realizar su trabajo o que disminuyen su capacidad laboral.
¿Qué grados de incapacidad permanente existen?
Existen varios grados de incapacidad permanente que darán derecho a diferentes prestaciones:
1. Incapacidad permanente en grado de parcial
2. Incapacidad permanente en grado de total
3. Incapacidad permanente en grado de absoluta
4. Incapacidad permanente en grado de gran invalidez
Para determinar qué grado de incapacidad permanente le corresponde a un trabajador, se valoran las secuelas que le quedan en relación a su profesión habitual. Es decir, las tareas de su categoría profesional y la limitación que le afecta en su trabajo.
Para solicitar una incapacidad permanente tienes que estar dado de alta o asimilado al alta en la Seguridad Social en momento del hecho causante.
Al tratarse de accidentes laborales y enfermedades profesionales, no se exige período previo de cotización.
El Sistema de Seguridad Social reconoce una serie de prestaciones para los trabajadores a los que, tras sufrir un accidente laboral o diagnosticarle una enfermedad profesional, les quedan secuelas previsiblemente definitivas y que puedan ser valoradas.
Son las llamadas lesiones permanentes no invalidantes e incapacidades permanentes.
La principal misión que la Seguridad Social encarga a las mutuas es la de gestionar las prestaciones sanitarias (asistencia médica) y económicas (cobro de la baja laboral) en los casos de accidente de trabajo y enfermedad profesional.
¿Qué son las lesiones permanentes no invalidantes?
Son las lesiones, mutilaciones o deformidades causadas por un accidente laboral o enfermedad profesional que son secuelas definitivas, que alteran o modifican la integridad física del trabajador sin llegar a ser una incapacidad permanente, puesto que no llegan a alterar de manera significativa su actividad profesional. Y, además, le permiten continuar con su actividad laboral.
Las lesiones permanentes no invalidantes están recogidas en un baremo, regulado en la Orden ESS/66/2013, de 28 de enero.
El reconocimiento de la prestación de lesiones permanentes no invalidentes consiste en el abono de una cantidad por una sola vez, cuya cuantía está determinada en el baremo indicado.
Para cobrar esta prestación tienes que estar dado de alta o asimilado al alta en la Seguridad Social en el momento del hecho causante (accidente o enfermedad profesional). También tienes que estar dado de alta médica por curación y, además, tus lesiones tienen que estar recogidas en el baremo indicado anteriormente.
¿Quién puede solicitar el reconocimiento de la prestación de lesiones permanentes no invalidantes o una incapacidad permanente?
Pueden solicitarlo tanto el propio trabajador interesado, como la mutua. También puede solicitarlo, de oficio, el Instituto Nacional de la Seguridad Social.
¿Quién declara el grado de incapacidad permanente reconocido al trabajador o las lesiones permanentes no invalidantes?
Las Direcciones Provinciales del Instituto Nacional de la Seguridad Social son quienes reconocen estas prestaciones y el grado correspondiente.
Existe un plazo para solicitar la valoración de secuelas o la incapacidad permantente ya que el derecho al reconocimiento de las prestaciones prescribe a los cinco años a partir del día siguiente al que tenga lugar el hecho causante.
Esta situación y sus excepciones, se describen en el artículo 53.1 del texto refundido de la Ley General de la Seguridad Social. Real Decreto Legislativo 8/2015, de 30 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley General de la Seguridad Social BOE-A-2015-11724.
Trabajadores autónomos
Los trabajadores autónomos tienen derecho a solicitar la prestación de lesiones permanentes no invalidantes e incapacidades permanentes en los mismos términos que los trabajadores por cuenta ajena. No obstante, para ello deberán tener contratada la cobertura por contingencia profesional, que es obligatoria tanto para los trabajadores autónomos económicamente dependientes (TRADE) como para los que desempeñen una actividad con elevado riesgo de siniestralidad y voluntaria en el resto de casos.
Los trabajadores autónomos que quieran solicitar la prestación de lesiones permanentes no invalidantes e incapacidades permanentes también deberán estar al corriente en los pagos de sus cuotas a la Seguridad Social.
Para el reconocimiento de la incapacidad permanente parcial, en el caso de los trabajadores autónomos, se requiere una merma de las capacidades del trabajador no inferior al 50%.
Lesiones permanentes no invalidantes y grados de incapacidad permanente
Lesiones permanentes no invalidantes: Lesiones, mutilaciones y deformidades definitivas, causadas por accidentes de trabajo o enfermedades profesionales que, sin constituir una incapacidad permanente, supongan una disminución o alteración de la integridad física del trabajador y aparezcan recogidas en el baremo.
Prestación: Se indemnizan por una sola vez, con las cantidades determinadas en el baremo.
Incapacidad permanente parcial: Cuando el trabajador presenta secuelas que le ocasionan una merma en su rendimiento normal para su profesión habitual en más de un 33 %. En los autónomos, la merma tiene que ser, mínimo, del 50 %.
Prestación: Indemnización que se paga de una sola vez, cuya cuantía equivale a 24 mensualidades de la base reguladora tenida en cuenta para el cálculo de la incapacidad temporal.
Incapacidad permanente total: Trata de cubrir económicamente la pérdida de ingresos del trabajador que queda inhabilitado para desarrollar su profesión habitual pero puede dedicarse a otra distinta.
Prestación: Pensión vitalicia equivalente al 55 % de la base reguladora del trabajador, incrementada en un 20 % si el trabajador es mayor de 55 años y no desarrolla ninguna actividad laboral (incapacidad permanente total cualificada).
Incapacidad permanente absoluta: Si el trabajador está imposibilitado para realizar cualquier empleo remunerado.
Prestación: Pensión vitalicia del 100 % de la base reguladora.
Gran invalidez: Trabajador en situación de incapacidad permanente que, a consecuencia de pérdidas anatómicas o funcionales, necesita la asistencia de otra persona para llevar a cabo los actos más esenciales de la vida.
Prestación: Pensión vitalicia, conforme al grado de incapacidad permanente que corresponda, más un complemento destinado a remunerar a la persona que le atienda para realizar los actos esenciales de la vida. La cuantía del complemento será la suma del 45 % de la base mínima de cotización vigente en el momento del hecho causante y el 30 % de la última.
Kellys de la dependencia, 6 euros la hora y 2 pastillas al día
Fuente: www.granadahoy.com
Autora: Alba Rodríguez
Muchas de las trabajadoras de la dependencia acaban en el policonsumo de fármacos como analgésicos, antiinflamatorios y ansiolíticos.
“La mayoría de nosotras tenemos el túnel carpiano afectado, las manos, además de dolores de espalda, en especial en las lumbares y otros tantos dolores musculares... al final del día tenemos que tomarnos al menos dos pastillas”. Es el relato de Pepa Cabrera que se repite en la mayoría de voces de las trabajadoras de la dependencia en Granada. En toda la provincia, señala CCOO, hay 2.700 trabajadoras de ayuda a domicilio, 700 de ellas en la capital, y otras 2.000 en residencias y centros de día. Señalan además que la ratio en los geriátricos es de dos gerontólogas por cada diez usuarios.
Pepa Cabrera trabaja para la empresa concesionaria del Ayuntamiento de Armilla, BCM. Lleva una década trabajando y acusa enfermedades laborales que no son reconocidas, como la mayoría de sus compañeras. Se habla de compañeras, porque el perfil de las trabajadoras de ayuda a domicilio, residencias y centros de día es mayoritariamente femenino y con una edad media de unos 55 años, señalan desde el mismo sindicato. Su portavoz Félix Alonso corrobora que la mayoría de enfermedades que acusan estas mujeres tiene que ver no solo con la edad sino con el trabajo que realizan y la falta además de medios técnicos como camas adaptadas o grúas que ayuden a la trabajadora a mover a su usuario.
Estas mujeres, dadas sus condiciones laborales, acaban cayendo en un “policonsumo” de fármacos, denuncian, ya que unos medicamentos les llevan al tomar otros para paliar los efectos de los primeros.
Entre los que más consumen destacan los analgésicos o antiinflamatorios y los relajantes para aliviar el dolor muscular. Luego surgen los ansiolíticos para tratar el estrés y la ansiedad que sufren por las altas cargas y ritmos de trabajo ocasionada por unos residentes cada vez más pluripatológicos que suponen mayor grado de dependencia y por tanto de atención.
El perfil de la trabajadora es una mujer de entre 50 y 60 años, sola y con hijos a su cargo.
El fenómeno de la precariedad laboral es de un tiempo a esta parte una sopa habitual que se cena en muchas profesiones. Una cotidianeidad asumida sobre todo por la empresa privada, protegida en muchos casos por los vericuetos legales pero que cuando roza la función pública se convierte en una situación que grita a la regulación.
Este es el caso de María José Raya. Tiene 58 años, es cuidadora acreditada con certificado de profesionalidad y lleva trabajando para como cuidadora en la empresa Arquisocial una década. Esta mujer cobra seis euros la hora, es decir, tiene un contrato de 35 horas semanales y en su nómina aparecen a final de mes 842 euros.
La empresa Arquisocial es la concesionaria que gestiona estas ayudas a domicilio para mayores en Granada que atiende a 2.700 personas en la capital. Una entidad que finaliza su contrato con el Ayuntamiento de Granada en noviembre y que, según transmitió en agosto el concejal de Derechos Sociales, José Antonio Huertas, no se renovaría más por decisión de la empresa. Igualmente, Huertas anunció que en el siguiente pliego de condiciones para el concurso municipal el sueldo de las trabajadoras (porque la gran mayoría son mujeres) aumentaría un 15%.
En este punto, el grupo municipal de Podemos-IU en la capital se suma a las demandas. El contrato por el que se renueva la privatización de la ayuda a domicilio, añade la concejal Elisa Cabrerizo, asciende a 78 millones de euros, tiene una duración de cinco años y por hora de trabajo el precio estipulado por la Junta de Andalucía es de 13 euros, aunque lo que reciben las trabajadoras privatizadas es alrededor de 5,60 euros en bruto.
Elisa Cabrerizo cree que el concurso hay que retirarlo y “pensar en la remunicipalización” ya que, asegura, “supondría una mejora de las condiciones laborales y un ahorro de 1,7 millones de euros para al Ayuntamiento al ahorrarse el IVA, el beneficio industrial y los gastos de gestión de la empresa prestadora del servicio”.
Trinidad López del Águila tiene un contrato de 25 horas semanales, 55 años y es auxiliar de ayuda a domicilio en la capital y confirma otro rasgo del perfil, en este oficio: “Hay muchas mujeres solas”.
“Acabas con mucho dolor de espalda a causa de las cargas móviles porque una persona mayor con poca movilidad no puedes controlar cuando se va a desplomar. Yo por ejemplo tengo personas movilidad reducida y tengo que trasladarlas y cogerlas”, relata sobre las patologías asociadas al trabajo.
Ella también denuncia un estado de ansiedad en el trabajo porque el contrato solo contempla 15 minutos para traslados cuando en realidad en algunos se puede tardar “más de media hora andando” entre domicilio y domicilio cuando no se suma la problemática de tener que aparcar. Ella por ejemplo, tiene que salir una hora antes de casa para ganar tiempo y encontrar aparcamiento.
Sobre la carga de trabajo, María José Raya coincide con sus compañeras y añade que no es el único trabajo que realizan. Además de su labor como cuidadora formada muchos usuarios exigen que les tiren la basura y les limpien la casa como una obligación. “Hay muchos usuarios enchufados, de los que llaman esporádicamente, que no necesitan cuidados y piensan que somos mujeres de la limpieza. Es humillante que te estén esperando con cubos, trapos y la escalera”.
Tampoco, señala, le acaban pagando las horas extra ni se las cambian por días libres. Esto sucede cuando “de un momento a otro” las llaman para un nuevo servicio. Por otro lado, denuncia que “la misma situación laboral no la tiene nadie”, hay distintos tipos de contratos y sueldos según “pague la Diputación o el Ayuntamiento”.
Nuevo laboratorio para la investigación de la reducción de las secuelas en ictus y ELA
Fuente: www.consalud.es
Autor: Ángel Jiménez
El Hospital Universitario Virgen Macarena (Sevilla) ha puesto en marcha en el Hospital San Lázaro, el primer Laboratorio de Investigación en vivo con el que cuenta Andalucía, para reducir las secuelas del ictus, la esclerosis múltiple y la ELA.
Estas nuevas instalaciones dependen directamente del Servicio de Neurología del Hospital Virgen Macarena. La Fundación Pública Andaluza para la investigación en Salud en Sevilla (Fisevi) ha sido la responsable de la financiación con una cuantía total que asciende a los 98.897 euros.
Se trata de un programa que tiene como objetivo principal, la investigación orientada al avance en campos como la fisioterapia, la rehabilitación y la tecnología robótica con la vista puesta en mejorar la calidad de vida de los pacientes con enfermedades neurológicas.
"Aunque en un primer momento se priorizarán proyectos de aquellas enfermedades que suponen un drama social, por sus características discapacitantes, como son el ictus, la Esclerosis Múltiple (EM) y la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA); también este espacio estará abierto a tratar cualquier otra enfermedad neurológica que lo precise", ha expresado Regina Serrano, delegada de Salud.
Entre los proyectos que están previstos en el nuevo Laboratorio destaca la búsqueda de resultados concluyentes sobre los beneficios de la fisioterapia en pacientes neurológicos, a modelo de ensayos clínicos médicos.
"Nuestro objetivo consistirá en realizar estudios clínicos en vida real, contando con la opinión de los pacientes y los profesionales que reciben y aplican las técnicas de fisioterapia para definir los mejores tratamientos rehabilitadores". "El laboratorio permitirá a los investigadores utilizar nuevas tecnologías y prototipos robotizados para personalizar los tratamientos de fisioterapia y comprobar los resultados en la salud de los pacientes de manera rigurosa", explica en este sentido Joan Montaner, jefe de Servicio de Neurología del Hospital.
El nuevo espacio (140 metros cuadrados) ha sido diseñado de acuerdo al modelo Living Lab. A través de este los investigadores y especialistas centran su estudio en el paciente, apoyándose en la innovación trabajando además sobre un escenario con pruebas reales.
Se realizarán investigaciones y estudios de validación de las distintas tecnologías aplicadas a la rehabilitación y a la fisioterapia neurológica. Gracias a los resultados obtenidos y a la evaluación continua de los dispositivos por parte de los pacientes y de los profesionales, se permitirán los avances en el ámbito de la tecnología aplicada a técnicas de fisioterapia y rehabilitación en pacientes con enfermedades neurológicas.
Siguiendo esta línea, uno de los principales objetivos del Laboratorio pasa por la unión de los ingenieros implicados en el desarrollo de tecnología sanitaria, los pacientes, los fisioterapeuta, rehabilitadores y neurólogos, para poder definir cuál es la tecnología que mayores beneficios reporta a la hora de rehabilitar a cada uno de los pacientes que padezcan daño cerebral.
"Desde el Neurolab y con técnicas avanzadas de tele-fisoterapia podremos relacionarnos con los pacientes que participen en distintos estudios para mejorar su recuperación", apunta Montaner.
"Nuestra labor principal en este proyecto, añade, es intentar conseguir que los sistemas de rehabilitación robóticos (SRR) puedan ejecutar un programa de rehabilitación prescrito por profesionales, adaptándose a las necesidades de los pacientes".
El equipo que formará parte del estudio tiene carácter multidisciplinar y cuenta con una amplia experiencia en el tratamiento de las enfermedades neurológicas en todas sus fases.
"En definitiva, añade Montaner, "se trata de que Neurolab sea un espacio, disponible para toda la comunidad científica, pacientes, empresas del sector tecnológico y asociaciones".
La superación de daños neurológicos a través de Mari Paz
Fuente: www.telecinco.es
Autor: José Luis García Guerrero
Mari Paz pasó de sufrir daños neurológicos a los 4 años, a montar un 'gimnasio Nasa' contra el ictus.
Una historia de una superación
A los cuatro años, cuando veraneaba con sus padres, Pedro y Mari, en Jarandilla de la Vera (Cáceres) se subió a una barandilla y cayó por el hueco de unas escaleras. La mala suerte quiso que la caída fuera peor de los esperado. Le afectó en la cabeza. El golpe le produjo un traumatismo craneoencefálico con diferentes secuelas, entre ellas, una limitación de su campo visual.
Incluso así, con un reconocimiento del 53% de discapacidad, Mari Paz se diplomó en Terapia Ocupacional y en Fisioterapia sin repetir ningún curso y en 2011 fundó Fisioasistencia, su primer negocio, que en la actualidad cuenta con más de 4.000 pacientes.
Tras esta experiencia, en 2014 creó Neurofit, proyecto en el cual se encuentra trabajando actualmente y que ya ayuda a más de 200 pacientes que, como ella hizo en su día, luchan por ser independientes y superar malos tragos como sufrir un ictus. Por el momento ya ha abierto uno de sus gimnasios de la Nasa en Badajoz y ahora otro en Madrid. La gamificación, la eliminación de barreras y la progresividad son las bases de esta moderna rehabilitación.
Guante especial en el gimnasio Nasa
Su nuevo proyecto se puede resumir en un titular impactante. Estamos ante gimnasios adaptados con tecnología de la NASA en colaboración con los expertos de biomecánica de la Universidad de Extremadura. Porque parte de la tecnología que se utiliza en las instalaciones la emplea la NASA para alguno de sus proyectos. “Nuestro objetivo es ayudar a recuperar la movilidad y la independencia a personas que han sufrido una lesión neurológica o cualquier otra lesión que afecte a las capacidades motoras, así como a frenar su deterioro en el menor tiempo posible y de forma divertida", comenta Mari Paz.
Para lograrlo cuenta con un equipo de 5 fisioterapeutas y con el consejo de los mejores. De hecho, la universidad de Extremadura ha puesto también en marcha de la mano del profesor José María Ramírez Moreno, del Departamento de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Extremadura, una aplicación que permite detectar los principales síntomas del ictus. Esta app se conoce como Extremictus. Tiene como objetivo conocer mejor esta patología y sus signos de alarma para saber identificarla y permitir la activación del código ictus lo antes posible. La idea es minimizar los riesgos y consecuencias del infarto cerebral.
Mari Paz sabe en primera persona lo que es dar pasos y sufrir decepciones. Por eso en su gimnasio hacen que los brazos del paciente no sientan la gravedad, algo vital para los hemipléjicos. Lo hace gracias a un guante con gomas elásticas y sensores diseñado especialmente para el gimnasio. De hecho, aún recuerda la emoción que le produjo jugar un partido de bádmiton con un paciente con un brazo amputado y otro afectado por el ictus.
"Mi vida ha sido una constante superación", cuenta Mari Paz. "Siempre he intentado demostrar que podía ser como los demás e hice tenis, natación e incluso patinaje". Su experiencia es lo que ha trasladado estos gimnasios que "no parecen hospitales sino que mantienen un ambiente acogedor para ayudar a la motivación", aunque en el fondo sean centros de rehabilitación punteros.
De hecho, el centro utiliza tecnología puntera con máquinas de ejercicio, asistidas por aire comprimido, para reeducar el equilibrio y recuperar la movilidad de los pacientes. Mari Paz considera que esto es clave, porque cuando permites que una persona pueda levantar el pie sin arrastrar o pueda practicar juegos mientras las manos están libres y el cuerpo sujetos gracias a uno de los andadores especiales que tiene el centro, la efectividad de los tratamientos se multiplica. "Porque un elemento clave y más cuando se tienen problemas de equilibro es perder el miedo, porque este paraliza. Los pacientes neurológicos necesitan servicios". A ella la ayudó su marido, empresario, y también la animaron sus padres, médico y enfermera, respectivamente.
De hecho, en las terapias públicos convencionales en un año puede acabarse el tratamiento, pero como reconoce Mari Paz, hay mucho enfermo crónico y a veces se necesita más tiempo y recursos. Por eso no ha dudado en poner en marcha una ronda de inversión participativa a través de la plataforma de impacto social, la Bolsa Social, donde espera recaudar entre 150.000 y 188.000 euros.
En España, cada año se producen 120.000 nuevos casos de personas que sufren ictus que ahora tienen un centro de referencia para la neurorrehabilitación y la recuperación de la movilidad. El ictus es la principal discapacidad neurológica entre adultos, la primera causa de muerte entre las mujeres españolas y la tercera en los hombres.
En Europa mueren anualmente unas 650.000 personas a causa de esta enfermedad, de las cuales unos 40.000 son españolas. Además, la Sociedad Española de Neurología (SEN) prevé que su incidencia y mortalidad aumentará un 35% en los próximos 15 años a causa de la creciente esperanza de vida. Por ello, es de vital importancia su prevención y tratamiento precoz. Y por eso, iniciativas como la de Mari Paz son vitales. Ella aún se emociona cuando ve que uno de sus pacientes pide el alta porque ya considera que puede ser independiente. Misión cumplida.
Nuevas terapias que ayudan a los pacientes con demencia a hacer frente a la depresión
Fuente: ensegundos.com.pa
The New York Times. Andra Petersen
En un estudio publicado en la revista JAMA Psychiatry en el que participaron 74 personas con depresión severa y deterioro cognitivo leve o demencia de leve a moderada, los pacientes que tuvieron doce sesiones de Path presentaron una reducción un 43 por ciento mayor en la medición de sus síntomas.
La depresión y la ansiedad son muy comunes entre las personas con deterioro cognitivo leve y demencia. Las investigaciones demuestran que cerca de una tercera parte de las personas con demencia también tiene depresión y que los síntomas de ansiedad afectan aproximadamente a una cuarta parte o la mitad de los pacientes con alzhéimer y otros tipos de demencia.
Anne Firmender, de 74 años, estaba trabajando con su psicólogo para hacer una lista de sus cualidades:
- “Le cocino a otras personas”, dijo Anne.
- “Eso es darle a los demás”, la animó el psicólogo Dimitris Kiosses.
- “Tengo buenos chicos”, siguió Anne, quien tiene cuatro hijos ya adultos y cuatro nietos.
- “Y eres una muy buena madre”, añadió Kiosses. Anne sonrió.
Kiosses tecleó la lista en la computadora e imprimió una copia para que Firmender se la llevara a su casa. “Cuando te sientas decaída y estés siendo dura contigo misma, puedes recordarte tus cualidades”, le dijo.
Anne, quien tiene antecedentes de problemas de salud mental, estaba en terapia por depresión. Pero también tiene deterioro cognitivo leve y a veces le cuesta recordar qué día es hoy. Así que Kiosses la estaba tratando con un método nuevo llamado Terapia de Adaptación para Resolver Problemas (o Path, por su sigla en inglés).
Esta terapia, desarrollada en el Centro Médico Weill Cornell de la ciudad de Nueva York y de White Plains, Nueva York, se enfoca en resolver problemas tangibles que alimentan los sentimientos de tristeza y desesperanza. Incorpora algunas herramientas como listas de verificación, calendarios, rótulos y videos, para facilitarles las cosas a las personas con problemas de memoria. Por lo general, también participa un cuidador.
Este método se encuentra entre varias psicoterapias nuevas para tratar la ansiedad y la depresión en personas con algún deterioro cognitivo, incluida la demencia temprana o moderada.
Otra terapia, el programa de la Mente Tranquila, desarrollado por investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad Baylor y otros lugares para los pacientes que sufren de ansiedad y demencia, simplifica la terapia tradicional para el comportamiento cognitivo y se enfoca en programar actividades y habilidades placenteras, como respirar profundo.
Las sesiones de terapia son cortas y tienen lugar en la casa de los pacientes. Un programa diseñado por los investigadores del University College de Londres consiste en darles tarjetas a los pacientes para que se las lleven a casa y así recuerden estrategias fundamentales. Una que dice: “Detente y piensa”, les pide que se detengan cuando tienen pensamientos de pánico y poco útiles con el fin de ayudar a que esos pensamientos no aumenten y provoquen mayor ansiedad.
Las primeras investigaciones sobre estos nuevos métodos son alentadoras, pero se necesitarán estudios más profundos y extensos para hacer una evaluación completa sobre su eficacia.
En un estudio publicado en la revista JAMA Psychiatry en el que participaron 74 personas con depresión severa y deterioro cognitivo leve o demencia de leve a moderada, los pacientes que tuvieron doce sesiones de Path presentaron una reducción un 43 por ciento mayor en la medición de sus síntomas de depresión comparados con los del grupo de control que recibieron doce sesiones de terapia “de apoyo”. (En el tratamiento de control, los terapeutas se concentraron en transmitir empatía y ayudar a los pacientes a expresar sus emociones).
Al final del tratamiento, el 38 por ciento de los pacientes que recibieron la terapia Path no presentaban síntomas de depresión, en comparación con aproximadamente el catorce por ciento en el grupo de control. En este estudio, ambos tratamientos se proporcionaron en casa.
En un pequeño estudio piloto del programa de Mente Tranquila, publicado en American Journal of Geriatric Psychiatry, se descubrió que los clínicos valoraron a los pacientes que habían recibido tres meses de sesiones semanales como menos ansiosos que otros pacientes dentro de un grupo de control. Los participantes de Mente Tranquila también consideraron que tenían una mejor calidad de vida. Pero las diferencias no fueron evidentes a los seis meses.
Brent Forester, jefe de la división de psiquiatría geriátrica del Hospital McLean en Massachusetts que no participó en la investigación sobre los programas, señaló que los métodos eran prometedores y podían satisfacer una necesidad esencial ya que, por lo general, los tratamientos actuales contra la depresión no funcionan bien en las personas con deterioro cognitivo. “Podría ser sumamente útil descubrir nuevos tratamientos en términos de calidad de vida”, comentó.
Al mismo tiempo, los antecedentes de depresión severa aumentan el riesgo de desarrollar alzhéimer más adelante en la vida. Los científicos no están seguros exactamente de por qué sucede esto, pero una teoría dice que los niveles altos de cortisol, la hormona del estrés que puede aparecer con la depresión, son tóxicos para el hipocampo, una parte del cerebro que es fundamental para el almacenamiento de recuerdos a largo plazo.
Especialmente en las primeras etapas de la demencia, la gente tal vez sienta apatía, aislamiento social, miedo y falta de motivación, señaló Forester. “Con mucha frecuencia, la gente se da cuenta de que está perdiendo la memoria y se asusta mucho”, comentó.
La depresión y la ansiedad pueden empeorar los síntomas de la demencia. “La gente que recibe un diagnóstico de demencia puede ponerse muy ansiosa de que hará mal las cosas. Quizás tengan problemas para encontrar lo que están buscando en la tienda y se preocupen por cómo pagar las cosas”, señaló Aimee Spector, profesora de psicología clínica de la edad avanzada en el University College de Londres y creadora de su programa de terapia cognitiva conductual para las personas con ansiedad y demencia.
Estos temores pueden originar que los pacientes restrinjan sus actividades normales, lo cual les provocará más problemas cognitivos. “Sabemos que el cerebro tiene que estar activo y que las personas deben seguir teniendo retos cognitivos. Puede haber una espiral negativa en los síntomas de demencia”, afirmó Spector.
De hecho, según un estudio publicado en 2005 en la revista American Journal of Geriatric Psychiatry, la gente con demencia que también sufre de depresión tiene un mayor nivel de deterioro funcional y es más probable que la internen en un asilo de ancianos. Sin embargo, por desgracia, la depresión casi nunca se diagnostica ni se trata en pacientes con demencia. En el mismo estudio, se descubrió que solo el 35 por ciento de los pacientes con demencia que sufren de depresión recibían un diagnóstico y un tratamiento adecuados.
Aunque la ciencia es variada, por lo general, las investigaciones han descubierto que los medicamentos antidepresivos no funcionan bien en adultos mayores con deterioro cognitivo. No obstante, a muchas personas con ansiedad, depresión y demencia les recetan fármacos psiquiátricos.
Una alternativa más segura podría ser una psicoterapia eficaz. La meta de Path es “reducir las emociones negativas que tiene el paciente y aumentar las emociones positivas”, comentó Kiosses, quien también es profesor adjunto de psicología en psiquiatría clínica en la Escuela de Medicina Weill Cornell. Se les enseña a los pacientes a identificar las situaciones que desencadenan emociones negativas como la tristeza, la ansiedad, la culpa, el desamparo y la desesperanza. También se les enseña a distraer su atención de esas situaciones y emociones. Esa es también la idea de la lista de cualidades que Kiosses estaba haciendo con Firmender.
Path se basa en la terapia de resolución de problemas, un tratamiento que se enfoca en ayudar a las personas a resolver los problemas cotidianos que les afligen. Al final de cada sesión, los terapeutas les dan a los pacientes un resumen por escrito que les ayuda a recordar ciertas habilidades.
Quizás también manden a los pacientes a su casa con herramientas para que ejerciten su memoria. Para un paciente de 84 años que luchaba con sentimientos de soledad, el terapeuta y el paciente colocaron rótulos en la sala de la casa del paciente que decían: “Ir a la iglesia me hará sentir mejor” y “Me entristece quedarme en casa”.
Normalmente, se consigue un cuidador que ayude a los pacientes a utilizar las habilidades que han aprendido.
En su sesión de terapia con Kiosses, Firmender, con un bastón negro apoyado en su silla, contestó una pregunta que el terapeuta le hace todas las semanas: ¿qué actividades placenteras había realizado la semana pasada y cuáles eran sus planes para la siguiente semana?
Programar actividades placenteras —lo que se conoce como activación conductual— es una técnica que descubrieron que mejora el estado de ánimo. Firmender le dijo que se ofreció como voluntaria en la tienda de segunda mano de la iglesia. “Siempre disfruto eso”, comentó. Estaba planeando preparar un picadillo de carne con col para sus compañeros voluntarios la próxima semana.
Entre los pacientes que reciben el tratamiento de Path también se incluyen los que están teniendo sus primeros episodios de depresión, y los que, como Firmender, han luchado durante mucho tiempo con problemas de salud mental.
Esta paciente ha estado en terapia durante 20 años y ha tomado varios fármacos psiquiátricos.
A través de los años, los pensamientos depresivos han aumentado y disminuido. Hace más o menos tres años, hospitalizaron a Firmender por tener pensamientos suicidas y le dieron una serie de terapias electroconvulsivas. Luego de otra hospitalización breve, empezó con Path, a principios de 2018, como participante en un estudio de la Escuela de Medicina Weill Cornell que tenía como objetivo encontrar un tratamiento para combatir los pensamientos suicidas. Después de que resurgieron sus síntomas de depresión recientemente, Kiosses le dio otra serie de terapias de Path, esta vez enfocadas en la depresión.
Cuando Firmender cae en depresión, recurre a escribir poesía. Durante una sesión de terapia, sacó un cuaderno amarillo y leyó un verso que escribió:
No logro encontrar el lugar donde soy feliz
Jamás fue fácil de hallar, pero ahora parece inalcanzable
Se halla en algunos lugares profundos y oscuros de mi mente.
Anne mencionó que el programa le estaba ayudando a manejar esos sentimientos. Lo que en realidad le gusta es que se enfoca en la resolución de problemas.
“No se trata de decir: ’Ay, pobre Anne’, porque con eso uno no puede hacer nada y se siente peor; uno se siente en verdad mal por uno mismo”, comentó. “Es más bien: ‘Bueno, Anne, ¿y ahora qué vas a hacer al respecto?’”.
«Antes todo el mundo pedía consejo y veneraba a los mayores»
Fuente: www.elcomercio.es
Autor: Lucía R. Lorenzo. Oviedo.
Manuel Bermúdez (Madrid, 1976) es presidente de la Sociedad de Geriatría de Asturias. Trabaja en la unidad de geriatría de urgencias del Hospital Universitario de Asturias. La pérdida de valores y la falta de tiempo de la sociedad son algunas de las razones que provocan la soledad no deseada, según resalta el geriatra.
-¿Por qué se produce la soledad no deseada en las personas mayores?
-Hay muchas causas. Primero es el envejecimiento, porque cada vez vivimos más años, es un éxito, pero también conlleva a que más gente viva sola. Otro de los factores es que estas personas no quieren salir de sus casas.
-¿Qué sucede ahora que en el pasado no ocurría?
-Se están perdiendo los valores. Antes el anciano era el sabio y ahora la sociedad no tiene tiempo para escuchar. Antes todo el mundo pedía consejo y veneraba a los mayores. La sociedad de ahora vive de manera rápida y acelerada, sin tiempo. En ocasiones los mayores hasta nos estorban. A mí me da mucha pena porque nos aportan muchísimo y es imprescindible tenerlos en cuenta.
-Como médico de urgencias, ¿a qué casos o situaciones se enfrenta a diario con los mayores?
-Nosotros vemos, sobre todo, agudizaciones de enfermedades crónicas. Estos pacientes llevan en su mochila muchas enfermedades que con el envejecimiento se cronifican. Ejemplos de ello son la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), insuficiencias cardíacas, entre otras.
-¿Suelen acudir solos al hospital?
-Hay de todo. Hay pacientes que viven con la familia, solos o en residencias. En la mayoría de las ocasiones vienen con la familia, pero cada vez se dan más casos de pacientes que viven solos.
-¿A qué se debe prestar más atención con los mayores?
-Conocer su autonomía, evitar o disminuir su discapacidad. Deben tener una buena alimentación rica siempre en proteínas, llevar un buen control de los fármacos que toman y que realicen ejercicio físico. Adaptar el domicilio y el calzado cerrado es fundamental para evitar caídas.
-La Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) lleva más de un año trabajando en el 'Estudio Presencia' para conocer la prevalencia de sospecha de maltrato en personas mayores. El resultado preliminar indica que más del 10% de los pacientes mayores de 65 años presentan sospecha de maltrato. ¿Qué opina de esto?
-El abuso y el maltrato al paciente hay que detectarlo sobre todo desde Atención Primaria, de manera rápida. Muchas veces el maltrato es físico, psicológico y, sobre todo, los casos de abandono. Tenemos que interiorizarlo y tenerlo siempre en cuenta.
-¿Qué es necesario en la sanidad asturiana?
-Es fundamental que existan especialistas de geriatría en todos los hospitales de la región. Ahora mismo no los hay en una sociedad envejecida como la asturiana ahora mismo no los hay.
La teleasistencia
-¿Qué opina sobre los nuevos dispositivos que notifican a un familiar ante una caída o la muerte de la muerte de una persona mayor?
-Las nuevas tecnologías han llegado para quedarse. En materia de prevención es fundamental que tengan dispositivos para que puedan avisar a alguien cuando tienen un problema. La teleasistencia es algo muy importante y funciona fenomenal. Tenemos acelerómetros que miden la aceleración que tiene una persona cuando se mueve. Este dispositivo te indica si hay un acelerón y si luego no hay movimiento. Hay detectores de humo, gas, dióxido de carbono e incluso dispensadores eléctricos de medicamentos.
-¿Cuándo podrían utilizarse?
-Las nuevas tecnologías nos vienen bien pero siempre desde un punto de vista ético y racional. Si estos adaptadores van a mejorar la autonomía de las personas y puedan avisar al exterior, son bienvenidos. Hay que ir paso a paso, homologarlos bien y que funcionen.
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