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octubre 2018
Pensiones: menos dinero para los nuevos jubilados
Fuente: www.finanzas.es
Autora: Lucía Palacios
El gasto en pensiones marca cada mes un nuevo récord y ya supera los 9.200 millones. Esto se explica por dos razones: el número de beneficiarios aumenta de forma imparable, a un ritmo superior al 1,1%, debido a que cada vez se viven más años, y los nuevos jubilados tienen unas prestaciones cada vez más elevadas, de forma que superan con creces la cuantía de los que se dan de baja en el sistema, lo que eleva el coste otro 2,2% anual.
Sin embargo, cabe resaltar que en los últimos tres años se está percibiendo un cambio de tendencia: la pensión de los nuevos jubilados lleva reduciéndose desde 2015 y acumula ya una pérdida mensual de casi 50 euros (49,1 euros, concretamente).
Así, los más de 105.000 personas que se retiraron en los últimos doce meses perciben de media 1.293 euros al mes, frente al máximo que se alcanzó en 2015, cuando ascendía a 1.332 euros. Esta pérdida todavía es mayor si solo se tiene en cuenta a los jubilados del Régimen General, cuya prestación es 61 euros inferior a la de 2015. La mayor caída se ha dado precisamente este año: la pensión media de los asalariados que se jubilaron descendió casi un 3% y por primera vez desde 2012 es inferior a los 1.400 euros al mes.
¿Cuáles son las razones de estos tres años consecutivos de bajadas?
La crisis es la principal causante, ya que durante los años más duros de la recesión muchos trabajadores de edad avanzada fueron expulsados del mercado laboral y ya no pudieron encontrar otro empleo, por lo que su cotización en estos últimos años se redujo considerablemente, lo que les ha penalizado. Esto también obligó a muchos de ellos a acogerse a la jubilación anticipada, algo que también tiene sus recortes.
Además, otro de los motivos de esta reducción de la prestación de los nuevos pensionistas es la reforma laboral aprobada en 2012, que produjo un empleo de menor calidad y, consecuentemente, un ajuste de los salarios en los últimos años de carrera, según apuntan fuentes del Ministerio de Trabajo, que avanzan que esta tendencia se está invirtiendo en los dos últimos meses. «La incorporación de las nuevas pensiones son un espejo de la evolución del mercado laboral, en el que se ha producido una congelación salarial», argumentan.
Pero la reforma de las pensiones que aprobó en 2011 el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero también es responsable de esta menor cuantía de las nuevas jubilaciones. Y es que las condiciones para acceder al 'retiro dorado' comenzaron a endurecerse progresivamente: aumenta la edad de jubilación de 65 a 67 años así como los años cotizados necesarios para recibir el total de la prestación, y a su vez se eleva el número de años que se tienen en cuenta para calcular la base de la pensión (antes eran 15 años, en la actualidad son 21 y en 2022 serán necesarios 25 años). Esto habitualmente supone una merma de la cuantía de la pensión, ya que por norma general los salarios más antiguos suelen ser inferiores.
Más jubilaciones anticipadas
Precisamente este endurecimiento de las condiciones ha llevado a muchos trabajadores a acogerse a la jubilación anticipada, que conlleva una penalización, salvo para aquellas profesiones como mineros, bomberos, ertzainas, que cotizan más precisamente para poder retirarse antes (en muchos casos a los 59 años). Para el resto de los que se jubilen antes de los 65,6 años (65 años si has cotizado al menos 36 años y 6 meses) habrá un recorte de entre el 1,5% y el 2% por cada trimestre que lo adelanten.
Pero, pese a esta merma, esta modalidad no ha dejado de crecer desde que comenzó la crisis. Si en 2008 apenas 60.000 personas se jubilaron anticipadamente y recibieron una penalización, en 2017 se superaban las 90.000 jubilaciones anticipadas, lo que supone que tres de cada diez trabajadores se acogieron a esta modalidad, un incremento de más de seis puntos porcentuales. Si se incluyen todos los tipos de jubilación anticipada, el porcentaje se eleva hasta el 43,4% del total de beneficiarios, más de un punto superior a antes de la crisis y tras haberse reducido más de un punto en el último año.
Precisamente algunos expertos auguraban una avalancha de jubilaciones anticipadas para este 2018 provocada por la entrada en vigor del factor de sostenibilidad, que iba a recortar todavía más las prestaciones de los nuevos jubilados, pero ahora es más probable que desistan después de que el anterior Gobierno pactara con el PNV su congelación hasta 2022. Y es que sin duda ésta sería otra de las razones para que la pensión de los nuevos jubilados siguiera reduciéndose, una media de 75 euros cada año.
Por otro lado, lo que también ha provocado la menor cuantía de la nómina de los nuevos jubilados es una reducción en la brecha que existe con los que causan baja. Así, si en 2008 los nuevos beneficiarios cobraban casi un 38% más que los que fallecían (rozando el 40% en 2012), en 2018 la diferencia se reduce casi seis puntos hasta el 31,9%. Y es que mientras que la pensión media de las bajas ha aumentado en 206 euros en la última década hasta los 980 euros al mes, mayor ha sido el incremento de las nuevas altas: 242 euros más que diez años atrás, pese a la caída de los tres últimos años.
Jubilados y ancianos, un sector invisible para la publicidad
A pesar de su peso demográfico las personas mayores apenas aparecen en las campañas, donde se las representa recluidas en casa y sin amigos.
¿Es que los jubilados no compran detergente?
Por lo que se muestra en los anuncios de televisión, se diría que no mucho. La discriminación por edad, presente en bastantes entornos de la sociedad, queda especialmente patente en los medios de comunicación, y en particular en el sector de la publicidad, según las conclusiones de un informe elaborado por la agencia Señora Rushmore.
"Hay una tendencia general a representar públicos cada vez más diversos en cuanto a razas, edades, género..., pero si bien en el caso de las mujeres, por ejemplo, ha habido una gran evolución, con las personas mayores el proceso avanza más lento. Es la discriminación de más reciente toma de conciencia y de la que menos se habla", apunta en conversación con este diario Helena Márquez, autora del estudio.
Según los datos del informe, sólo el 11% de los personajes que aparecen en los anuncios de la televisión son mayores de 50 años, a pesar de que ese colectivo representa el 39% de la población en España. El estudio se circunscribe a nuestro país, pero según señala Márquez se han hecho otros parecidos en Reino Unido o EEUU con resultados similares. "En la mayoría de los países occidentales se representa muy poco a este público comparado con su peso en la economía", constata la publicista de Señora Rushmore.
Pero no es relevante sólo la escasa presencia de personajes mayores en los anuncios. También el papel que se les adjudica cuando sí encuentran hueco: atendiendo a la imagen que da la publicidad, los mayores de 50 años no tienen muchos amigos, no acostumbran a hacer ejercicio ni a usar ropa deportiva y no salen apenas de sus casas.
El estudio ha analizado los anuncios emitidos en la televisión de ámbito nacional durante un año (entre febrero de 2017 y el mismo mes de 2018) por los 10 mayores anunciantes españoles en términos de inversión. La muestra total fue de 250 spots de más de 30 marcas que representan un 14,4% de la inversión publicitaria en medios. El informe fija en los 50 años de edad el inicio del conjunto de estudio y establece tres grupos: seniors (hasta los 65), jubilados (65-75) y ancianos (más de 75).
Del total de jubilados que aparecen en los anuncios, el 45% tiene como escenario el hogar. Este porcentaje sube hasta el 69% en el caso de los ancianos. Además, conforme avanza la edad, los roles se van reduciendo: las personas de más de 65 años nunca mantienen relaciones de amistad, y los que ya sobrepasan la barrera de los 75 sólo salen en papeles de esposos o abuelos.
Cuando lo que se quiere vender se destina a ancianos en exclusiva -por ejemplo una prótesis dental-, lógicamente la publicidad recurre a ellos. Pero su visibilidad desaparece en otro tipo de productos en los que también son consumidores potenciales. "Muchos anunciantes se están dando cuenta de que es una franja de la población que tiene más dinero y más tiempo libre que las otras, pero aún les cuesta representarlos por miedo a envejecer su marca o a alejar a otro tipo de consumidores", afirma Márquez, quien rebate una falsa creencia: "Poner a personas mayores en una campaña no significa dirigirte sólo a un público de personas mayores".
En definitiva, que un smartwatch lo puede comprar tanto alguien de 35 años como de 60, y así deberían entenderlo los anunciantes. "Los apasionados de la cocina pueden tener 20 u 80 años", incide la publicista.
No obstante, la realidad actual de la publicidad es que los sectores en los que más aparecen personas mayores son los seguros y las finanzas (35% de los personajes) o las apuestas (18%) Por contra, son prácticamente inexistentes en campañas de productos de higiene (4% y todos seniors), moda (7% y sin ancianos) o limpieza, donde desaparecen por completo.
Esta situación de discriminación se agrava aún más en el caso de las mujeres, las cuales sufren un doble estigma: por género y por edad. "Se acentúa una mala representación porque demográficamente existen más mujeres mayores que hombres", subraya Márquez.
La ocultación de la gente mayor en la publicidad en televisión tiene su origen en la edad dorada del medio. "Las grandes campañas de los años 50 y 60 eran de cigarros y de bebidas y se creía que si se dirigían a gente joven captaban un público que iba a ser consumidor para el resto de su vida", explica Márquez, quien añade otra idea que también ha impuesto su inercia: "Un perfil joven se considera más aspiracional. La mayoría desea parecerse a alguien de 25 años. Los que tienen menos edad porque les remite a una futura emancipación económica, y a los que tienen más años les recuerda una época en la que su vida era más fácil".
Estereotipos y clichés
También los clichés y los estereotipos sobre la tercera edad abundan en los anuncios. "Cuando se quiere presentar un personaje conservador se suele recurrir a alguien mayor", señala Márquez. Lo mismo ocurre cuando se necesita poner a alguien vestido con trajes regionales o tradicionales.
La discriminación en los anuncios es sólo una de las muchas que soportan las personas mayores. En el ámbito laboral también sufren exclusión. Y el sector de la publicidad no es ajeno a esto. Según Ali Hanan, fundadora de Creative Equals, en el Reino Unido la edad media de un empleado de agencia de publicidad es de 34 años, y sólo el 5% de los trabajadores tiene más de 50. En cualquier caso, en muchas empresas los puestos directivos están ocupados por personas de avanzada edad. Entonces: ¿por qué en los anuncios las personas mayores salen como el abuelo y no como el jefe de la compañía?
«Estamos cerca de frenar la pérdida de neuronas, pero no somos eternos»
Fuente: www.diariodeleon.es
Autora: Carmen Tapia
Eduardo Weruaga Prieto (Ponferrada 1968) dirige el laboratorio de Plasticidad Neuronal y Neurorreparación del Instituto de Neurociencias de Castilla y León desde el año 2013, departamento del que formaba parte desde sus comienzos en 2013. Como investigador principal, tiene abiertos dos estudios sobre el envejecimiento neuronal.
— ¿Cuántos proyectos de investigación dirige ahora mismo?
—Tenemos en marcha dos proyectos de investigación, siendo yo el investigador principal. Uno está financiado por el programa del Mineco-Micinn-Mucinn (los ministerios que cambian de nombre) del programa Retos de la Sociedad. El otro está financiado por la Junta de Castilla y León, por la Consejería de Educación,con fondos Feder. Ambos proyectos profundizan en algunos aspectos de las líneas de investigación. También formamos parte de la Red de Terapia Celular y Medicina Regenerativa de Castilla y León, que financia y promueve la Junta de Castilla y León.
—¿Qué líneas de investigación de las que tiene en marcha son más prometedoras?
—La principal línea de investigación es el abordaje de la neurodegeneración selectiva mediante trasplante de células madre de la médula ósea, y la modificación genética de éstas para hacerlo más efectivo.
Las patologías neurológicas degenerativas con mayor prevalencia tienen su origen en la muerte de neuronas del cerebro.
Algunas veces esta muerte es masiva, afecta a muchos tipos neuronales, y otras veces afecta a tipos neuronales muy concretos. Estos dos tipos de patologías tienen abordajes terapéuticos un poco diferentes.
Nosotros hemos elegido una patología neuronal selectiva, que produce la muerte de un tipo de neurona muy concreto, en una región específica del cerebro, pero la neurona que tiene al lado no se muere. Hay varios modelos animales que representan (o son en sí) estos tipos de problemas.
En nuestro caso el modelo animal se llama PCD (Purkinje Cell Degeneration) y su origen está en la falta de funcionamiento de un gen específico. Este gen codifica una enzima que se encarga de hacer estable o inestable el citoesqueleto de las neuronas.
El andamiaje o citoesqueleto de las células tiene que ser lo suficientemente flexible y rígido para que las dendritas y los axones de las neuronas sean sanos y cumplan su función. No todas las neuronas son tan sensibles a este tipo de molécula. La falta de esta enzima que controla esta función universal provoca que sólo se mueran algunas neuronas: las células de Purkinje del cerebelo (de las neuronas más grandes de todo el cerebro; sin ellas el cerebelo no tiene sentido), las células mitrales del bulbo olfativo (que recogen directamente la información olfativas que allí llega procedente del epitelio olfativo de la nariz), y más tardíamente también se mueren los fotorreceptores de la retina.
—¿Qué efectos tiene esta degeneración?
—Los ratones con esta mutación tienen ataxia en el cerebelo (falta de coordinación motora que impide hacer correctamente casi todos los movimientos; hipodamia (pérdida de olfato) y ceguera, pero ello ocurre en edades muy avanzadas. Hay algunas enfermedades genéticas humanas que presentan algunos de estos síntomas, aunque las más estudiadas son las que presentan ataxia cerebelosa.
Las células griales son el otro componente del cerebro y son más numerosas que las neuronas. No pueden transmitir señales bioeléctricas como las neuronas, pero ayudan a mantener saludables las neuronas y ayudan en la transmisión nerviosa. Algunas de estas células griales, la microglía, están implicadas en funciones protectoras o inmunológicas.
Hace unos años se descubrió que células de la médula ósea llegaban al cerebro y se fusionaban con neuronas existentes (muy frecuente e el cerebelo) o se diferenciaban en microglía.
Lo que decidimos entonces era si en nuestro modelo de ratón el trasplante de médulas ósea sana en un animal afectado por esta mutación podía llegar a frenar o revertir la enfermedad.
Durante estos últimos años hemos estudiado mejor el modelo de ratón y hemos mejorado las técnicas de transplantes de médula ósea, con características muy específicas para los ratones.
Nuestros resultados demuestran que el trasplante de médula ósea en el ratón produce células que viajan por el torrente sanguíneo hasta el cerebro y allí se diferencian, se transforman en microglía, en grandes cantidades de células microgliales. También algunas llegan a fusionarse con células de Purkinje, pero sólo unas pocas. El trasplante de médula ósea sana de unos ratones en otros que tenían la enfermedad producen una mejoría y un retraso en todos los síntomas estudiados, principalmente en la ataxia y en la anosmia.
Si trasplantas médula ósea de un ratón mutante en un ratón sano, no produce la enfermedad. Hemos descubierto que las células microgliales sanas son las responsables principales de conseguir que las neuronas que se morían, frenaran un poco su enfermedad.
—¿Qué novedades han introducido en su investigación?
—En la actualidad estamos siendo más ambiciosos porque hemos comenzado a hacer ‘terapia génica’ en una terapia celular, queremos transformar genéticamente las células de la médulas ósea que trasplantamos para que produzcan una molécula beneficiosa allí donde llegan al cerebro.
Los resultados preliminares están siendo muy óptimos ya que el trasplante de médula ósea modificada para que exprese un factor de crecimiento (el IGF-1) retrasa más los síntomas de esta enfermedad que el trasplante de médula ósea simplemente natural.
También desarrollamos en estos proyectos una terapia farmacológica con una molécula prometedora, la OEA, que tiene efectos beneficiosos contra la neurorregeneración (en general, en este modelo y en otros modelos).
Queremos combinar estos fármacos con el trasplante de médula ósea para que la aplicación de ambos métodos produzca un sinergia que haga frenar (o revertir) la enfermedad. Los experimentos son complejos y largos, ya que hay que utilizar muchos controles para estar seguros que la enfermedad se frena por el trasplante y no por otros factores.
También estamos desarrollando un proyecto piloto estudiando propiedades de la olfacción humana en pacientes que tiene problemas sino-sinusales.
— ¿Ha descubierto alguna característica olfativas de los ratones que no se sabía hasta ahora?
—Estudiar la olfacción en los ratones es más difícil que en los humanos, porque los ratones no entienden nuestro idioma y no contestan a nuestras preguntas. Para ello tenemos que utilizar una metodología muy tediosa que es enseñarles a responder correctamente a una prueba si reconocen un olor.
El experimento es sencillo, inocuo para ellos, pero hay que utilizar largas sesiones de entrenamiento hasta que sabemos que con certeza los ratones han aprendido la lección. Los ratones sanos o normales aprenden la lección y contestan bien a nuestra trampa metodológica. Los ratones que tienen la enfermedad (PCD) responden mal, sus récords son malísimos.
Los ratones enfermos que reciben el trasplante de médula a ósea mejoran mucho la respuesta olfativa. Queremos que con la aplicación de la terapia génica y farmacológica los ratones responda mejor. En paralelo, estudiamos el cerebro de estos ratones una vez muertos para comprobar la existencia o no de neuronas sanas en su sitio.
Con estos experimentos también hemos descubierto una característica que seguro que Santiago Ramón y Cajal hubiera querido conocer: aunque se destruyan todas la células mitrales del bulbo olfativo, los ratones siguen oliendo, pero lo hacen de una manera muy grosera. Ello es debido a que unas células primas hermanas de las que se mueren (células mitrales), no se ven afectadas por la mutación.
El cerebro presenta cierta plasticidad, y la función olfativa va pasando paulatinamente de unas neuronas a otras. En el caso del ratón PCD, la función de las células mitrales (las encargadas del grueso de la olfacción en ratones sanos) pasa a las células empenachadas y éstas y otras neurona del bulbo olfativo consiguen recuperar parte de la función olfativa. Además, el trasplante de médula ósea sana retrasa mucho esta pérdida olfativa, y la anosmia es más leve.
Tenemos que decir que hay muy pocos grupos de investigación que utilicen esta metodología para estudiar la función olfativa de los ratones, y que hemos construido unos aparatos que facilitan el aprendizaje de este paradigma de manera más eficaz, con la ayuda de otro grupo de investigación de la USAL (el grupo Bisite dirigido por el profesor Juan Manuel Corchado, especialista en informática aplicada) y por empresas del sector en Castilla y León.
Con esta técnica, además de estudiar aspectos de la biología del olfato, podemos utilizar para medir con mucha precisión tanto el transcurso d la enfermedad en los ratones enfermos, como la eficacia de las terapia que utilizamos, sea la terapia celular, la fénica, la farmacológica o la combinación de ellas.
—El objetivo de las investigaciones es avanzar en el conocimiento de las aplicaciones de las células madre para frenar el deterioro neuronal. ¿Cuáles son las enfermedades neurodegenerativas que más preocupan ahora por su avance?
—Las enfermedades que más preocupan son, por supuesto, las de mayor prevalencia, el parkinson, el alzhéimer y los problemas neurológicos derivados de los ictus. Se llevan utilizando células madre para tratar estas enfermedades experimentalmente pero no se han obtenido muchos resultados. Quizás era que nos habíamos centrado en sustituir las neuronas muertas y ello es realmente difícil.
Ahora nos estamos dando cuenta que otras células nerviosas, como son las células gliales (microglía, astrocitos, oligodendrocitos, etc. ) tiene mucho que decir en estos problemas. En nuestro caso, la acción principal de las terapias está mediada por la microglía, que es la que controla muchas de las enfermedades autoinmunes del cerebro pero que también se dedica a tratar bien a las neuronas y sus conexiones.
— ¿De dónde proceden las células madre que utilizan y qué resultados han tenido hasta ahora en sus investigaciones?
—Nuestras células provienen de la médula ósea, que es una serie de tejidos que se encuentran dentro de los huesos (el tuétano). Su función principal es formar sangre con todos sus elementos durante toda la vida, pero recientemente se ha descubierto que esas células viajan a otros órganos del cuerpo, como el hígado, el músculo o el cerebro, para reconvertirse a tipos celulares propios de estos órganos. Entre todos hemos descubierto que la médula ósea es algo más, y que en futuro próximo hablaremos de ella como un elemento natural de nuestro organismo para el mantenimiento correcto del cerebro.
—¿Hay más investigadores que estén estudiando la recuperación de neuronas con células madre en ratones?
—Sí, es un tema candente porque apenas hay remedios contra las enfermedades neurodegenerativas. Se aplican células madre en otros modelos de enfermedades, o también se inyectan directamente en el cerebro, en una zona lesionada.
—¿Cree que está cerca el día en que se descubra un tratamiento para frenar el deterioro neuronal?
—Cada vez estamos más cerca de ello, pero el deterioro neuronal o neurodegeneradión no es un problema sencillo, sino que hay muchos envejecimientos neuronales y cada uno de ellos necesitará un estrategia terapéutica diferente. También estoy seguro que un mismo tipo de tratamiento, como la terapia celular, podrá ayudar en muchos de estos envejecimientos.
— Si eso ocurriera sería un avance importante contra el envejecimiento...
—Sería importantísimo para luchar contra el envejecimiento neuronal, pero recordemos que no somos eternos, y que hay otros órganos que también envejecen y que sin ellos no podríamos vivir, como el corazón o el hígado.
También se emplea el tratamiento con células madre provenientes de la médula ósea para tratar problemas musculares o hepáticos, pero hasta el momento sólo lo empezamos en modelos de ratón.
—¿Tiene alguna colaboración de investigadores de León que participen desde aquí en sus proyectos?
—Desgraciamente no, pero en el equipo hay dos bercianos, el doctor David Díaz, de Cacabelos, y yo mismo que nací en Ponferrada.
—¿Con qué presupuesto cuenta al año? ¿Cuántas personas tiene en su equipo?
—Contamos con un presupuesto de unos 65.000 euros al año, que esperemos que se incremente en los próximos años. En el equipo somos cinco profesores de biología celular, anatomía y bioestadística, que somos de la plantilla de la Universidad de Salamanca. Con uno de los proyectos hemos contratado una investigadora postdoctoral que ha trabajado cinco años en estados unidos en células madre.
También hay tres doctorandos trabajando en este proyecto para defender su tesis doctoral y están financiados por el Ministerio de Educación (Ahora de Universidades) y por la Junta de Castilla y León. Nuestra cantera está formada también por estudiantes de Grado en Biología, Biotecnología, Psicología que desarrollan sus trabajo fin de grado (TFG) con nosotros y por estudiantes del Máster en Neurociencias, que realizan su trabajo fin de máster con nosotros.
«La guardería de mi hijo es una residencia de ancianos»
Fuente: www.madridiario.es
Autora:Laura Crespo
Así es el programa intergeneracional de la residencia Orpea Meco, en la que se ha integrado una escuela del primer ciclo de Educación Infantil.
Es jueves. Día de jugar con los amigos mayores.
La clase de Adrián, de tres años, participa en un programa de terapia intergeneracional en el que comparten actividades con un grupo de ancianos con deterioro cognitivo. No tienen que hacer ninguna excursión: su Escuela Infantil está dentro de la residencia Orpea, un centro para la tercera edad situado en Meco que se convirtió, hace ya quince años, en el primero en impulsar un verdadero proyecto intergeneracional planteado a largo plazo y de forma continuada. Para ello, los espacios se repensaron, incluyendo una guardería dentro de la propia residencia.
“Al principio había un poco de rechazo de las familias”, cuenta Eva del Toro, terapeuta ocupacional de Orpea y una de las pocas profesionales intergeneracionales de la región. Pero poco a poco, a base de experiencias, se han tumbado los prejuicios. “Yo vivo aquí en el pueblo y he oído a madres hablando de que traen aquí a los niños porque aprenden muchas cosas de los mayores”, asegura Del Toro.
Hay un nuevo modelo de influencer que no tiene nada que demostrar.
Se cree que lo intergeneracional es juntar niños y ancianos, pero es toda una filosofía.
Los programas intergeneracionales consisten en explotar los beneficios que tiene la interacción entre personas de distintas generaciones. Según Del Toro, es una tendencia al alza. Tanto, que parece que “está de moda” y a veces se cree que “lo intergeneracional es juntar niños y ancianos”. La realidad es que, para que funcione, debe ser algo más profundo y, sobre todo, continuado en el tiempo. "A veces estas iniciativas se quedan en lo superficial, cuando hay cosas mucho más profundas, un concepto filosófico detrás de todo este trabajo".
Por eso, iniciativas como la del grupo Orpea facilitan la interacción real entre ambos grupos de edad, que realizan actividades conjuntas una vez a la semana, siempre con los mismos integrantes y las mismas reglas del juego; pero que además mantienen un contacto extraprogramático de forma sostenida, un “privilegio” para este tipo de terapias.
Los extremos se tocan
“Vivimos en una sociedad muy compartimentada: los niños están en un espacio y los mayores en otro, y apenas se relacionan; la ventaja que tenemos aquí es que en el mismo espacio convivimos los dos extremos del ciclo vital”, explica Del Toro, quien ve a ambos grupos generacionales unidos por estar en los márgenes de una sociedad calibrada en base a lo económico:
"Ambos grupos de edad están muy apartados socialmente, porque vivimos en una sociedad que tiene el sesgo que tiene"
“No me gusta decir que los mayores son como niños porque no es cierto, ellos son adultos y tienen un bagaje de vida importante. Pero sí es verdad que ambos grupos de edad están muy apartados socialmente, porque vivimos en una sociedad que tiene el sesgo que tiene, y ninguno de los dos contribuye económicamente a ella”.
En lo práctico, y salvando las distancias, también se trabajan materias similares: actividades básicas de la vida diaria, como vestido, higiene o arreglo personal; lenguaje, control de esfínteres, capacidades cognitivas, psicomotricidad… El problema, según Del Toro, es que hay poco material para trabajar estos aspectos enfocados a adultos. “Haciéndolo de forma conjunta, tiene más sentido usar material de niños y a los mayores les entra mejor”, explica.
Acompañar
El momento de contacto entre residentes y alumnos es sencillo. El trabajo de las terapeutas se realiza antes, seleccionando a los participantes, evaluándolos, programando las actividades...
Para seleccionar a los mayores que participarán, la premisa de Del Toro es la “necesidad terapéutica”: que “le pueda venir bien” al residente. A partir de ahí, la terapeuta busca “deterioros cognitivos importantes” y “problemas de adaptación”, siempre y cuando “les gusten las relaciones”.
"Los niveles de funcionabilidad son muy parecidos"
La dinámica consiste en actividades “muy sencillas, porque los niños tienen entre dos y tres años y los mayores, un deterioro importante”, cuenta la terapeuta: pequeños paseos, que en otoño sirven para recoger hojas y en primavera, para observar las flores; trabajar la comunicación, la creatividad a través de plastilina, la psicomotricidad, canciones tradicionales para la memoria o actividades básicas de la vida diaria como lavarse las manos.
“Los niveles de funcionabilidad son muy parecidos, son actividades comunes, lo que pasa es que nuestro modelo de trabajo desde terapia ocupacional es un modelo neurológico y el de ellas es un modelo educativo, pedagógico, pero en el fondo la actividad es la misma”.
Tras ese trabajo previo, el papel de terapeutas y profesoras consiste en volverse casi invisibles. “Nuestro trabajo básicamente es acompañar. Durante el trayecto, la dinámica la tienen que tener ellos, son los protagonistas”, explica Del Toro.
Siempre trabajan los mismos niños con los mismos mayores, para que su relación se vaya consolidando a lo largo del curso: “Son dos grupos grandes que se juntan, pero es de esa relación única, más personal, de donde surge todo”. Ese proceso constante se ve favorecido por la característica concreta de esta residencia-escuela. “Incluso cuando no estamos nosotras, cuando llegan los niños por las mañanas, les saludan, también a los padres; interacción, aunque no haya un gestor en ese momento, existe y aporta al programa”, afirma la terapeuta.
Los niños intergeneracionales
“Al principio le daba como miedo”. Luz, la madre de Adrián, reconoce que el primer contacto no fue del todo fácil. Ahora el niño coge de la mano a su “amiga mayor” para pasear por el jardín de la residencia-escuela. “Es un niño que se mueve mucho y desde que participa en el programa ha aprendido a ir más despacio”, destaca.
El principal aprendizaje para los pequeños consiste en entender qué es el proceso vital.
“Los niños aprenden mucho, sobre todo en relaciones sociales, valores como la solidaridad, el cariño, el afecto o el respeto”, añade Del Toro.
“Conocen lo que es el déficit, la enfermedad, la vejez… eso yo creo que les enriquece”.
Destaca, además, que en este programa no hay sesgo de enfermedad ni de dolor. “Van personas afásicas, con demencia, con alzhéimer; hemos tenido parálisis, hemiplejias, sillas de ruedas, andadores; por lo general, tenemos mucho miedo a la enfermedad y al dolor y, gracias a las relaciones que establecen aquí con sus amigos mayores, los niños terminan enseñándole a los padres que esto existe y que no pasa nada”.
Inter… cultural
Luz es latinoamericana y sus padres no están en España. “Antes, Adrián ni siquiera tenía la imagen de lo que es un abuelo”, cuenta la madre a este digital.
Esta es otra de las fortalezas de la terapia intergeneracional en una sociedad como la española, según Del Toro. “También es un aprendizaje intercultural e inclusivo: los niños de padres extranjeros que se están criando aquí aprenden las canciones populares, la cultura, los procedimientos… y eso también es muy rico”, señala.
Un cambio de estatus
Eva del Toro, con más de una década de experiencia en terapia intergeneracional, cuenta cómo en las residencias de mayores se reproduce una especie de “minisociedad” en la que se “etiqueta a la gente” y “los que se ven como más válidos miran con un poco de desdén” a los que tienen más deterioro.
“Con este programa, se evidencia que esas personas con mayor deterioro también son capaces de asumir ciertos roles y responsabilidades, y ya se les mira de otra manera. Se deja de ser una etiqueta de Alzheimer y se vuelve a ser una persona y eso es muy interesante para ellos”.
Ancianos: cuando el hospital es su delirium
Fuente: wwww.elmundo.es
Autor: Rafael J. Álvarez
Las visitas y los ingresos en el hospital disparan la lesión cognitiva y la confusión en mayores
El Hospital Infanta Leonor de Madrid ha implantado un programa para ayudar a que estén orientados. Ángel fue sin compañía a una cita para una analítica y se perdió al volver del baño.
Los ancianos y el hospital, una provincia de confusión, el delirium del espacio y el tiempo.
«Los hospitales tienen un clima del que te tienes que defender; te desgastas, te deterioras y se te quitan las ganas de todo. Y, en los viejos, peor», dicen desde su cadera recién operada los 88 lúcidos años de Julio Briñol, jubilado de su estudio de arquitectura, pintor de paisajes vivos y lejano dibujante de El Capitán Trueno.
Los médicos llaman «daños colaterales» a los efectos no propios del problema por el que una persona llega al hospital. Y eso, en los mayores es serio. Se come menos, se está inmovilizado, se vive en otro lugar, se atraviesa el día con otros horarios, se convive con aparatos raros, se descansa mal... Y entonces llegan ellos, los malos: «Delirium, desnutrición, deterioro funcional, dependencia y confusión. No son una tontería: pueden tener más impacto que la enfermedad en sí. Vamos a actuar contra los daños colaterales».
Habla Fátima Brañas, jefa de Geriatría del Hospital Infanta Leonor de Madrid. Igual fue la infancia con su abuela o esa foto de las dos que lleva en el móvil lo que hizo que la niña Fátima soñara con «hacer un hospital para personas mayores». Hoy, miles de ancianos después, la pasión geriátrica de la médica Brañas ha parido un plan para «adaptar el hospital a la persona mayor y no al revés», una táctica que «cambie la mentalidad con la que tratamos a los mayores en un sistema diseñado para un adulto joven».
El proyecto se llama Hospital Amable para el Paciente Mayor y busca detectar «al anciano frágil» y prevenir «el cuadro confusional agudo y el deterioro funcional».
José María ingresó en un hospital de Sevilla por una neumonía no grave. Entró en Urgencias, lo encamaron en un box y, horas después, lo subieron a planta. Para entonces ya no sabía ni dónde estaba ni porqué. Fue medicado contra la confusión, pero presentó una retención de orina, que obligó a ponerle una sonda. Intentaba quitársela porque no sabía qué era aquello tan molesto. Para evitar la agitación, lo adormilaron con fármacos, pero hubo riesgo de que se atragantara. Cuando llevaba tres días ingresado, era una lengua de ideas inconexas. «Nos preguntaba a qué hora era el mus, nos pedía el desayuno a las siete de la tarde o decía que se iba. Y cuando mi padre dice que se va, se va. Y ahí nos veías, convenciéndole de que estaba en el hospital, en bata y con cables en el brazo. Como para irse, vamos», cuenta Javi con el humor que permite saber que en cuanto regresó a casa, José María volvió a ser José María.
«No sabemos de otro hospital que extienda esto a todos los servicios, como Medicina Interna, Cardiología, Oncología, Urgencias, Fisioterapia, Diálisis, Rehabilitación, Quirófanos, UVI... Y tanto para el ingreso como para las consultas».
Porque el equipo de Brañas detectó que si los ancianos están solos y confundidos no se levantan, que se quedan solos por la noche, que pierden citas por falta de acompañantes, que los boxes de Urgencias no tienen timbres...
- Entonces, ¿qué hacer?
- Pues un hospital amable. Relojes y calendarios en cada habitación, andadores por todo el centro, carteles claros, camas más bajas, cambios en la estructura de las habitaciones con luces testigo por la noche, zapatillas cerradas para que los pacientes no tropiecen, pijamas en vez de camisones para que se sientan mejor al pasear, prensa y crucigramas para la estimulación cognitiva, citas en colores, timbres inhalámbricos en los boxes... Y acompañamientos con voluntarios de Medicina.
«Queremos no dar citas antes de las nueve ni después de las dos para evitarles el madrugón o volver tarde a casa. Y agruparlas el mismo día para que no deban venir 50 veces. Y no subir a planta a un anciano de madrugada porque le desorienta más», explica Brañas, activista de la marea blanca que evitó privatizaciones de la sanidad pública.
A las 11.00 horas y a las 17.00 h. una megafonía invadirá el centro: «El hospital se mueve. Si pueden, levántense y caminen, hagan algún ejercicio. Conviene estar activo». A las 15.30 h. y a las 22.30 h. la voz volverá: «Empieza el silencio. Por favor, bajen el volumen del televisor, procuren que se quede sólo un familiar. Es tiempo de descanso».
Entramos con Brañas en la habitación de Julio Briñol. Un señor de 88 años que no los parecen, se dirige a la doctora:
- ¿Tú vas a dirigir el programa? Pues es algo bonito, porque un hospital es un estrés colectivo de enfermos y médicos. Todos corren. Yo lo viví con mi mujer. Sólo quieres que no te traten como un enfermo, sino como un amigo. A veces no entiendes a los médicos ni ellos a ti. Te pasas el día esperando que entre el doctor, luego viene y no pasa nada. Así que esto es buena idea. Lo del reloj está bien, aquí el tiempo va muy despacio. Me gustaría colaborar; si ayuda a alguien, dormiré mejor.
Julio es un enfermo sagaz con la experiencia de una enferma aturdida. «Mi mujer pasó sus últimos años precariamente. Sufrió mucho. Lolita me enseñó a no quejarme, porque eso daña a los demás. Me propuse no quejarme cuando me hiciera mayor... pero a veces se me escapa».
El viernes 21, Julio estaba viendo jugar al tenis a uno de sus cuatro hijos. «Esto es muy importante para el reportaje: Javier juega muy bien». Y se ríe. «Una bola se salió de la pista y fui como una bala a por ella. La cogí, la devolví a la pista, pero golpeó en la red y volvió a caer a mi lado. Me lancé a por ella, pero hice 'clak' y ya no me pude levantar». Fractura de cadera.
«Lo pasé de miedo en la operación. Uno de los mejores ratos de mi vida. Se presentaron uno a uno, me mimaron, me anestesiaron, se encendieron unos focos, se oyó una música y entró el cirujano. Impresionante, oye».
- Pero Julio...
- Ja, ja, ja... Te la he colado. Lo de la música y los focos es una alucinación. Pero todo lo demás es verdad. Al día siguiente ya podía andar. Estoy encantado; hay que humanizar los hospitales. De hecho, como vivo solo, no me importaría caerme otra vez.
Las personas mayores y el uso de la nueva tecnología
Fuente: www.qmayor.com
El envejecimiento de la población es un hecho real. El aumento de la esperanza de vida, acortamiento de la vida laboral y la jubilación anticipada son las razones principales para el crecimiento de este sector. Con el auge de las nuevas tecnologías el distanciamiento de este sector con la sociedad parece aún mayor.
Es de gran importancia destacar que la implementación de las nuevas tecnológicas en nuestra sociedad actual supone importantes ventajas para el sector de la Tercera Edad, sin embargo, se sienten alejadas de ellas.
Resulta evidente que este distanciamiento genera una desigualdad en el uso y provecho de las nuevas tecnologías que puede deberse a estas causas:
La utilidad: Muchos mayores desconocen cual es la utilidad de algunos dispositivos e instrumentos que puede mejorar su calidad de vida.
La complejidad en el uso: A muchos les inquieta el hecho de adentrarse en un mundo demasiado complejo para ellos. Muchas personas no se atreven a utilizar estas herramientas por miedo a meter la pata, piensan que en cualquier momento pueden tocar una tecla inadecuada y perder toda la información o incluso borrar el contenido del disco duro.
El sentimiento de desfase: Según las últimas estadísticas, la mayoría de los adultos mayores que se introducen de forma autónoma en el mundo de las nuevas tecnologías suelen contar con una edad de entre 50-55 años. Por lo cual, existe un sentimiento de desfase con respecto a estos nuevos instrumentos.
Capacidad económica reducida: La capacidad de acceso a la tecnología más actual por parte del sector de la Tercera Edad es más dificultoso, debido a los altos costes que aun supone.
La exclusión de la Tercera Edad en la sociedad de consumo: Actualmente los productos tecnológicos son los más publicitados en los medios de comunicación de masas. Sin embargo, dicha publicidad rara vez es protagonizada por personas mayores. Por ello, como es un producto que no va dirigido a ellos, les genera un sentimiento de indiferencia y desinterés hacia dichos productos.
Las personas mayores tienen que hacer un esfuerzo aun mayor que el resto de la sociedad para adaptarse y evolucionar al mismo ritmo que la tecnología.
Deben formar parte del presente de una manera más activa y visible, ya que al sacar un mayor partido a las nuevas tecnologías, son uno de los sectores que más beneficios obtienen:
– Superan los prejuicios: De esta forma demuestran a la sociedad que la Tercera Edad no es sinónimo de pasado e impide que no se aparten de la vida social al sentirse inútiles.
– Mejoran su calidad de vida: La tecnología también es útil para las necesidades que puedan tener.
– Mantienen y amplían su red de relaciones: El uso de la telefonía móvil, y herramientas como el correo electrónico y la mensajería instantánea, agilizan la comunicación con los demás.
– Fortalecen su independencia: Tecnologías como Internet favorecen su autonomía como personas independientes. Pueden acceder con inmediatez a información sobre recursos que pueden servirles de apoyo en la vida diaria.
– Mantenerse más activos y saludables: La salud se compone no sólo del equilibrio del factor físico, sino también del psíquico o mental. La falta de actividad mental explica la disminución de la capacidad de aprendizaje en la vejez. Diversos estudios han demostrado que el aprendizaje de nuevas tecnológicas estimula la actividad mental de las personas mayores, reduciendo la incidencia de enfermedades como el Alzheimer.
La informática es una herramienta que les puede servir para resolver problemas: mejorar su forma de leer, entretenerse, comunicarse, informarse y ver la vida.
Con el inminente apagón de la televisión digital, una buena iniciativa será llevar la tecnología al mundo de la televisión, ya que es un medio con el cual las personas mayores se sienten más cómodas. Este proyecto intentará que las personas más reacias a la tecnología descubran los beneficios que pueden obtener de una manera barata y sencilla.
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