artículos de actualidad
marzo 2017

Una app para preservar el legado intergeneracional del médico entre las ganadores del Imagine Express 2017

Fuente: www.bolsamania.com
Agencia: Europa Press

Ikiagi, una aplicación para preservar el legado del médico intergeneracional y poner en contacto a los profesionales jubilados con los jóvenes, ha sido la ganadora del Imagine Express 2017 en materia de salud, que este año ha llegado a su cuarta edición con el objetivo de desarrollar plataformas para solucionar temáticas del ámbito sanitario, ciudades inteligentes y sector financiero.

En un comunicado, el Imagine Creativity Center ha presentado este lunes en el salón 4 Years From Now (4YFN) de Barcelona, los otros tres equipos ganadores, que han viajado durante tres días a bordo de un tren de alta velocidad a Londres (Reino Unido) y Paris (Francia), y que han competido para lograr asesoramiento para emprender los proyectos ideados y poderlos instalar en incubadoras.

Otro grupo premiado ha ideado Mealing, una plataforma que sirve comida a medida según los gustos del usuario, y el último vencedor se ha sabido este mismo y otro vencedor ha sido la aplicación Smartdog, que pone a las mascotas a disposición de las personas mayores y dependientes.

El reto financiero lo ha logrado la aplicación Btrust, que ofrece un servicio de identificación e información asociado a un tercero y el galardón dedicado a las ciudades inteligentes se lo ha llevado el grupo que ha desarrollado la app Artup, con la que los usuarios podrán ver arte enfocando los teléfonos a las tapas de las cloacas.

Este es el secreto para llegar a los 100

Fuente: www.ideal.es
Autor: Antonio Paniagua

En Japón viven más de 65.000 ancianos centenarios. La periodista Junko Takahashi, ha investigado las causas. «Comer poco y despacio ayuda»

A sus 106 años, Hidekichi Miyazaki es todo un atleta.

En la categoría de deportistas con un siglo a sus espaldas, es campeón mundial de lanzamiento de peso y ostenta el récord en los cien metros lisos.

Miyazaki atribuye su longevidad a que mastica cada bocado hasta treinta veces como mínimo. Su comida favorita es el arroz con huevo crudo, plato que adereza con unas gotas de salsa de soja. Hidekichi bebe mucha agua y té verde y tiene por costumbre llevar una dieta frugal que no excede de las 1.400 kilocalorías diarias.

Después de cenar nunca come nada, ni siquiera un postre, de modo que a la mañana siguiente tiene el estómago vacío. Hidekichi Miyazaki es uno de los 65.692 ancianos centenarios que están registrados en Japón, el país más longevo del mundo.

La periodista Junko Takahashi se ha dedicado a investigar las razones por las que los japoneses exhiben biografías tan duraderas. Aunque los gerontólogos no han encontrado un patrón común que permita descifrar las causas de una ancianidad centenaria, sí que coinciden en que la obesidad está reñida con la edad provecta.

Para poder publicar 'El método japonés para vivir 100 años' (Planeta), Junko Takahashi se entrevistó con una docena de centenarios y de ese quehacer ha extraído una serie de valiosas conclusiones.

Una de ellas es que tener alguna ocupación prolonga la edad y mantiene la mente activa y en plenas facultades. Takahashi descubrió que el desarrollo de las aficiones les ha dado a muchos centenarios «un sentido para continuar sus vidas». «Importa muchísimo que cada individuo haga algo que de verdad le gusta y colme sus expectativas».

Un ejemplo de perseverancia en el trabajo es el médico Shigeaki Hinohara, quien a sus 104 años sigue desplegando una actividad incesante. Tanto es así que el doctor no pudo encontrar un hueco en su repleta agenda para atender a la informadora. El doctor Hinohara aprovecha los desplazamientos en autobús para tomar notas, visita con frecuencia las escuelas de educación primaria y todavía tiene tiempo para programar actividades para la Asociación de Ancianos Vivos. ¿Cuál es el secreto de semejante derroche de energía? Quizá, la cucharada de aceite de oliva virgen extra con que aliña su desayuno.

Los cuerpos rollizos rebosantes de lorzas son enemigos de un envejecimiento saludable.

En el país de los luchadores de sumo, la obesidad, sin embargo, se mantiene a raya, de modo que sólo supone un 5% de la población, en contraste con el 33% de Estados Unidos o el 26% de España. Japón ha multiplicado de forma exponencial el número de sus abuelos centenarios. Así, hoy hay 402 veces más personas que han soplado las cien velas que en 1963. El Gobierno nipón regalaba a los superabuelos que sobrepasaban la centuria una copa de sake fabricada con plata. A partir de 2015, se terminaron los dispendios y se rebajó la cantidad de metal precioso empleado. La copita se limita en la actualidad a un liviano baño en plata.

Mala memoria

En Kyotango, una ciudad con 2,75 veces más centenarios que el resto del país, los habitantes secan los pescados con sal y salvado de arroz, una técnica que al parecer aumenta el valor nutritivo de los alimentos. Pero no todo se basa únicamente en una dieta adecuada. Para Takahashi, también es relevante la actitud ante la vida. Muchos de los centenarios entrevistados gozaban de un impecable equilibrio espiritual, rendían culto a sus antepasados y se mostraban generosos para olvidar las afrentas. «Cuando les pregunté sobre el acontecimiento más difícil de su longeva existencia, muchos de ellos dijeron que ya no lo recordaban, como tampoco recordaban sus momentos especialmente felices», apunta la informadora.

La buena salud de los japoneses tiene mucho que ver con el ajetreo y, en concreto, con la calistenia, una serie de ejercicios que realizan a edades muy tempranas. Takahashi aconseja además para llegar a la centuria cultivar una vida social rica, en compañía de amigos, familiares y vecinos. «Ninguno de los ancianos que he conocido estaba solo. Incluso los que viven en residencias geriátricas tienen buena relación con la gente».

Tsuneko Sasamato, la primera fotoperiodista de Japón, conoce todos los secretos de su oficio. Con 101 años, ha tenido tiempo de sobra para aprenderlos. Su veteranía alcanza tal grado que llegó a conocer al general MacArthur. Es la única persona que queda viva de las que vieron al comandante supremo de las fuerzas aliadas que ocuparon Japón tras la Segunda Guerra Mundial.

Su longevidad no es un milagro. Los japoneses visitan la consulta del médico un promedio de 13,4 veces al año, justo el doble de lo que lo hacen los británicos. «Masticar mucho y comer poco, de forma que no se llene nunca el estómago, son factores que ayudan», dice la autora del libro. En cuanto al amor, Takahashi no le da demasiada importancia. «La pasión no tiene por qué dirigirse hacia una persona ni es aconsejable que se convierta en una obsesión».

¿Cuántos geriatras necesitará España en los próximos años?

Fuente: cincodias.com
Autora: Paloma García Montero

Al igual que con el futuro de las pensiones, quizá nunca hasta ahora, había sido tan urgente replantearse el papel de la figura del geriatra en España. Era solo cuestión de tiempo, porque actualmente apenas hay 420 geriatras en el sistema público de salud (850 contando el sistema privado), frente a los casi nueve millones de ancianos. Una cifra que aumentará casi el doble en los próximos 30 años, según todas las previsiones.

Aunque en la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) no son proclives a hablar de cifras, el sistema sanitario público en estos momentos necesitaría multiplicar por dos el número de geriatras para cubrir, al menos, las necesidades actuales más básicas, asegura su secretario general, Primitivo Ramos, y “sería aún deficitario”. Y para los próximos años tendrán que habilitarse unas 1.200 plazas en la sanidad pública, como poco, para intentar abarcar la demanda que se avecina y, de paso, hacer más sostenible el sistema.

España está casi en pañales en esta materia. Ahora solo se titulan en el sistema educativo público unos 65 geriatras al año y apenas 38 hospitales cuentan con unidades docentes con plazas para formar médicos residentes, aclara Ramos. De hecho, muchos hospitales grandes no tienen servicios de geriatría, como el 12 de Octubre o La Princesa, y los mayores son tratados por médicos internistas y otros no especialistas en la vejez.

Geriatría apenas tiene cátedras

Es una especialidad a la que se le ha dado poca cancha en las universidades públicas, donde apenas existen cátedras, frente a las 300 cátedras que tiene Italia, o a Inglaterra, donde es considerada un eje clave. “Ser geriatra no es atractivo por desconocimiento, porque casi no tiene presencia en la medicina privada (donde se gana dinero) y no está rodeada del prestigio de otras especialidades como la cardiología o la neurología”, explica Pedro Gil, jefe del Servicio de Geriatría del Hospital Clínico San Carlos. Pero potenciar la geriatría “va a ser la única forma de solucionar el encanecimiento de la población”, añade, porque disminuye el número de ingresos de los mayores, reduce el consumo de fármacos y, lo que es más importante, mejora la funcionalidad y calidad de vida de los pacientes, el parámetro clave que guía esta especialidad.

Es más barato para el sistema que el geriatra trate a los ancianos, y por eso algunas comunidades autónomas, como Madrid, y algunos hospitales han abordado proyectos para crear unidades geriátricas para gestionar a este tipo de pacientes que, por lo general, sufren varias enfermedades y están polimedicados. En España, además de Madrid, que absorbe el 25% del total de las plazas, Cataluña, Aragón y Castilla-La Mancha también han apostado por la geriatría frente a otros sistemas sanitarios más reaccionarios, como el andaluz, donde los ancianos son atendidos por internistas, o el del País Vasco, que es muy deficitario.

El tratamiento personalizado reduce las urgencias

Choca porque está comprobado, según afirma Ramos, que el tratamiento de los ancianos por dispositivos geriátricos de apoyo desde el hospital, reduce hasta un 35% el número de ingresos en urgencias, un 45% los ingresos hospitalarios y, además, disminuye el número de días que el paciente permanece ingresado, que suele oscilar entre los siete y los diez días.

Pero “la geriatría no solo optimiza los recursos”, dice Rosa Capilla, coordinadora de urgencias del Hospital Puerta de Hierro de Madrid. Simultáneamente, aumenta la calidad de vida de los pacientes, ya que “no se trata de dar años a la vida, sino vida a los años”, un concepto que podría definir de forma muy acertada la esencia de la geriatría.

Una de las particularidades del tratamiento geriátrico es que gestionan al paciente de forma transversal, global, teniendo en cuenta el punto de vista físico y funcional, psíquico y el entorno social, con el objetivo de mejorarlos, frente a otros especialistas que solo se centran en tratar las patologías que atañen a su especialidad, explica Gil.

“Es un plus de calidad que solo ponen los geriatras”, porque además solo utilizan los métodos terapéuticos y diagnósticos adecuados para el paciente, lo que, a juicio de Capilla, “ayuda a evitar el encarnizamiento con los ancianos”. “Muchas veces, los especialistas e incluso los familiares se empeñan en aplicar procedimientos muy duros para el paciente (colonoscopias, procedimientos intervencionistas, etc.), que son muy caros y encima resultan ineficaces”, comenta Capilla.

La atención integral de la geriatría con los diferentes niveles asistenciales (atención primaria, urgencias, asistencia a domicilio...), según los expertos, será una forma de hacer más sostenible el sistema sanitario en España, donde la tasa de vejez roza el 18%.

Los hospitales, rearme frente a la vejez

Puerta de Hierro es uno de los hospitales madrileños que recientemente ha puesto en marcha en las urgencias una unidad especial para el paciente institucionalizado (que vive en residencia), ya que en el área de influencia de este centro madrileño hay más de 100 residencias de ancianos y más de 14.000 mayores, con un alto grado de dependencia.

“Había que crear un circuito diferente para estos pacientes”, que suponen unas 450 visitas a urgencias mensuales, explica Capilla. En esta unidad se ve más pronto a los ancianos, se ha conseguido reducir a la mitad el tiempo de permanencia y las hospitalizaciones. Con 12 camas, este dispositivo realiza una valoración integral geriátrica y nutricional del paciente y se desarrolla un plan de cuidados de cara al alta, muy importante para evitar reingresos.

Además, han creado un protocolo de actuación para evitar el encarnizamientos con el paciente y han suscrito un acuerdo con Cruz Roja para derivar pacientes. La Comunidad de Madrid también ha tomado cartas en el asunto y ya trabaja en un proyecto para implantar dispositivos geriátricos en los hospitales 12 de Octubre, el Príncipe de Asturias y el mismo Puerta de Hierro, entre otros, antes de que acabe este año.

Por su parte, la Fundación Jiménez Díaz ha comenzado a incorporar geriatras para atender el portal sociosanitario en relación con las residencias, las consultas externas e interconsultas de pacientes ingresados.

La jubilación, para los ricos: «Trabajar hasta que te mueras, será la norma»

Fuente: www.elconfidencial.com
Autor: Miguel Sola

El economista inglés Peter Fleming vaticina que solo quienes posean más recursos, podrán garantizarse una vejez digna y alejada del trabajo diario

Un hombre de pelo blanco y espalda encorvada saluda a los recién llegados a Chicago. Viste uniforme azul y chapa identificativa. Mike, pese a su avanzada edad, es un empleado más del aeropuerto. Está ahí para indicar direcciones y para ganarse un sueldo que le permita sobrevivir durante la vejez. Mike trabaja largas horas todos los días señalando la próxima terminal, los baños o la entrada al metro porque no puede permitirse el lujo de retirarse.

Es muy fácil imaginarse la situación. Después de trabajar la mayor parte de tu vida adulta, el esperado día finalmente llama a tu puerta. Es el día de tu retirada. A partir de ahora, jubilado, eres libre: sin largos trasbordos de metro ni e-mails del jefe. El Estado de bienestar te proporcionará por fin tiempo para tu familia, tus libros sin leer, tus viajes sin hacer.

La población envejece, la esperanza de vida se alarga y cada vez es más difícil mantener un plan de pensiones.

Pero el futuro que te espera será muy diferente, a no ser que seas rico, claro. Así lo cree Peter Fleming, profesor de Negocios y Sociedad en la Universidad de la Ciudad de Londres y autor de 'La mitología del trabajo: cómo el capitalismo persiste a pesar de sí mismo', quien asegura en The Guardian que la guerra contra la política neoliberal tiene un nuevo frente de batalla: las pensiones.

“Trabajaré hasta que me muera”. Para muchos es una pretensión auténtica. Les gusta lo que hacen y quieren trabajar hasta que el cuerpo diga basta. De hecho, la ocupación les proporciona una identidad, una razón para levantarse de la cama por las mañanas. Para otros, sin embargo, la necesidad económica decidirá por ellos.

Más envejecimiento, menos pensiones

“Ahora nos dicen que la verdadera pregunta ya no es cuándo nos jubilaremos, sino si nos vamos a jubilar, con la perspectiva de que trabajar hasta el final pronto se convertirá en la norma”,
dice Fleming. La población envejece, la esperanza de vida se alarga y cada vez es más difícil mantener un plan de pensiones. Sobre todo en países como Reino Unido y Estados Unidos, la jubilación para ancianos como Mike, sin ahorros ni ayudas, es parecida a una utopía.

Tara Rymer, columnista en la prensa australiana, se imaginaba en sus 20 una jubilación al ritmo del balanceo de su mecedora, frente a una caravana, en algún camping de la extensa isla. Hoy, sin embargo, a sus 30, teme que una jubilación así sea solo para ricos: “Mientras trabajo e invierto en mi presente, me quedo sin nada para mi futuro”. “¡Siento que la única manera de cambiar la situación sería ganando la lotería!”, exclama.

La tendencia, cuanto menos, asusta, sobre todo a los más jóvenes. Según David Blake, director del Instituto de Pensiones de Cass Business School, “el peligro es que tendremos una generación que realmente no pueda darse el lujo de retirarse”.

La realidad de la jubilación en los países que abrazan el neoliberalismo es desalentadora, afirma Fleming: “En ningún otro momento desde su creación, el Estado del Bienestar ha sido tan odiado por la élite gobernante”. La austeridad, desde su perspectiva ideológica, ha redefinido desde la seguridad social hasta los parques municipales y, señala el economista, la incertidumbre de las pensiones era solo cuestión de tiempo.

Puede que las nuevas generaciones corran el riesgo de no poder retirarse.

Cada vez más pensionistas trabajan en España. Cada vez más jubilados pobres en Europa recurren a minijobs para subsistir. Y, aun así, el resentimiento contra la tercera edad, gana fuerza. La percepción de que los jubilados son un peso muerto para la generación millennial se extiende cada vez más.

Para el economista, esta percepción de los más jóvenes juega a favor de los que quieren acabar con las pensiones: “Estamos presenciando una regresión importante en el trato a la tercera edad”.

Hogares de ancianos en Estados Unidos

Fuente: www.arqhys.com

La industria de la residencia de ancianos es considerada como una de las dos industrias más fuertemente regulada en los Estados Unidos (el otro es la industria de energía nuclear).

Todos los hogares de ancianos en los Estados Unidos que reciben Medicare y / o fondos de Medicaid están sujetos a las regulaciones federales.

Las personas que inspeccionan los asilos de ancianos son llamados inspectores o, más comúnmente, los inspectores estatales. Los inspectores del Estado podrán inspeccionar el cumplimiento de la licencia (los reglamentos del Estado) y/o certificación (Medicaid y regulaciones de Medicare).

El “Minimum conjunto de datos” de evaluación (MDS)
, en E.E.U.U., es una evaluación de selección que se forma la base de una evaluación exhaustiva de las capacidades funcionales de cada residente y ayuda a personal de enfermería en casa identificar y ayudar a los residentes cumplir o hacer frente a las necesidades de salud y otros.

En los Estados Unidos, los Centros de Servicios Medicare y Medicaid tiene un sitio web que permite a los usuarios verificar cómo realizar las instalaciones en ciertos indicadores. El Gobierno de los EE.UU. (GAO), sin embargo, ha encontrado que si bien la supervisión ha mejorado, todavía hay deficiencias en la supervisión de hogares de ancianos.

En un informe publicado en septiembre de 2008 encontró que más del 90% de los hogares de ancianos fueron citados por salud federal o violaciónes de seguridad en 2007, alrededor de un 17% de los hogares de ancianos que tienen deficiencias que causan “daño real o peligro inmediato” a los pacientes.

La industria de la residencia de ancianos es considerada como una de las dos industrias más fuertemente regulada en los Estados Unidos (el otro es la industria de energía nuclear):

La Regulación federal y la inspección aplica un modelo de atención de salud de calidad creados para la investigación por Avedis Donabedian en 1965. El modelo utiliza los conceptos de estructura, proceso y resultado:

1. Estructura de los recursos es el hogar de ancianos. Que incluye personal, sus conocimientos y habilidades, las políticas, procedimientos, registros, equipos, edificios, entre otros.
2. Estructura Topográfica mira los instrumentos de la atención y su organización.

El proceso de los recursos, es el hogar de ancianos en acción. El proceso analiza la conveniencia, oportunidad y calidad de la atención y servicios en relación con las necesidades de cada residente. El proceso puede ser organizado en cinco tipos de actividades intelectuales y físicas:

evaluación, planificación, ejecución (en funciones), evaluar y comunicar. Estas actividades deben integrarse y, a menudo se presentan juntas.

Para citar este articulo en formato APA:
ARQHYS. 2012, 12. Hogares de ancianos en Estados Unidos. Revista ARQHYS.com. Obtenido 03, 2017, de http://www.arqhys.com/construcciones/hogares-ancianos-estadosunidos.html

La educación es clave para evitar las hipoglucemias en el anciano con diabetes 2

Fuente: www.elmedicointeractivo.com

Las hipoglucemias en el anciano están infradiagnosticadas por falta de reconocimiento de los síntomas o porque éstos se atribuyen a otras causas. Así, la hipoglucemia se define por la triada de Whipple (síntomas compatibles, glucosa plasmática generalmente inferior a 50 mg/dl y alivio sintomático tras la corrección de la glucosa plasmática).

Por eso, en el anciano diabético hay tres problemas:

1. Empiezan a aparecer los síntomas a niveles más bajos de glucemia.
2.
El daño orgánico en estos pacientes, aparece con glucemias más elevadas que en población no anciana, lo que hace que cualquier episodio de hipoglucemia presente un riesgo mayor de daño orgánico.
3. La disminución de la capacidad del anciano para reconocer el episodio de hipoglucemia
, puesto que en los ancianos los síntomas de hipoglucemia son más atenuados y pueden simular episodios vasculares o más infrecuentemente alteraciones de conducta.

Entre las causas, hay que destacar cambios fisiológicos por la edad, morbilidad, insuficiencia renal, polifarmacia e interacciones medicamentosas, deterioro cognitivo y funcional, hospitalizaciones e institucionalización, malnutrición, tratamientos con insulinas o sulfonilureas de acción prolongada, enfermedad aguda interrecurrente y alteración de la respuesta reguladora.

Síntomas

Con respecto a los síntomas, hay que enumerar temblor, palpitaciones, ansiedad, sudoración, hambre, hormigueos, confusión y torpeza, astenia, comportamiento alterado, convulsiones, mareo, coma, falta de atención, coordinación alterada, diplopía, visión borrosa, alteraciones del habla, focalidad motora y focalidad sensitiva.

Para disminuir el riesgo de hipoglucemias, se debe individualizar el tratamiento. Para ello, hay que reconocer cuales son los pacientes con mayor riesgo de complicaciones en los que se debe intensificar el tratamiento y cuales son los que tienen más riesgo de sufrir hipoglucemias.

Asimismo, se deben tener en cuenta los fármacos antidiabéticos con mayor capacidad de producir hipoglucemias, ya que son más frecuente con el tratamiento con insulina y fármacos secretagogos (sulfonilureas y meglitinidas). Tienen menor tendencia para producir hipoglucemia la metformina, los inhibidores de la alfaglucosida, tiazolidinodionas (rosiglitazona, pioglitazona), los agonistas de péptido glucagón like (GLP1), los inhibidores de la dipeptidyl-peptidasa 4 (IDPP4), los inhibidores sodio-glucosa co-transportador 2 (ISGLT2). Cuando el paciente ha tenido un episodio de hipoglucemia tiene mayor riesgo de reincidir en poco tiempo por falta de respuesta de los mecanismos fisiológicos compensadores.

Daño cerebral

Hay que tener en cuenta que el cerebro es altamente dependiente del aporte sanguíneo de glucosa, por lo que se pueden producir daños neuronales irrecuperables que aumentan con cada episodio de hipoglucemia. Con glucemias menores de 20 se produce un coma hipoglucémico con cese de la actividad cerebral eléctrica.

Así, puede darse una mayor incidencia de ictus, de deterioro cognitivo e incremento del riesgo de demencia y mayor incidencia de síndromes coronarios agudos y taquiarritmias graves.

También, se debe prestar especial atención a las caídas con aumento del riesgo de fracturas sobre todo de cadera que ocurre principalmente en ancianos sarcopénicos y muy frágiles con el consiguiente empeoramiento drástico de la funcionalidad, empeoramiento de su calidad de vida por discapacidad y del pronóstico vital del paciente anciano.

Por eso, en los ancianos con un índice de hemoglobina glicosilada más baja, debido a las hipoglucemias, se dispara el riesgo cardiovascular con infarto agudo de miocardio e ictus. La funcionalidad de los adultos mayores con diabetes 2 se relaciona con el control glucémico.

El papel que juega la hipoglucemia en la etiopatogenia de síndromes geriátricos, como las caídas y el delirium, permite establecer una relación directa entre los episodios de hipoglucemia y el deterioro funcional de los ancianos diabéticos.

Relación hipoglucemia-demencia

La interrelación entre diabetes e hipoglucemia con deterioro cognitivo y demencias es muy controvertido, si bien la asociación entre diabetes y demencia está clara, la relación entre hipoglucemia y riesgo de desarrollar demencia y/o deterioro cognitivo está todavía sujeta a discusión.

Existen varios estudios que concluyen que la demencia, es un factor de riesgo de hipoglucemia pero sin evidencia de que los episodios de hipoglucemia contribuyeran a desarrollar deterioro cognitivo. Así, un trabajo publicado en JAMA (Whitmer y cols) sobre una cohorte de 16.667 diabéticos tipo 2 con una edad media de 65 años, muestra que 1.822 pacientes desarrollaron demencia y 1.495 tuvieron al menos un episodio de hipoglucemia grave, vieron como aumentaba el riesgo relativo de desarrollar demencia, ajustado por edad, tratamiento, comorbilidad y años de evolución.

En esa misma revista, se publicó otro estudio en 2013 en donde se evidenció una relación bidireccional en más de 3.000 ancianos de raza negra y blanca de entre 70 y 79 años. En este estudio, dirigido por la Dra. Yaffe, se concluyó que la demencia ocurre en pacientes con diabetes mellitus y puede influir negativamente en el rendimiento cognitivo.

El deterioro cognitivo, a su vez, puede poner el peligro la gestión de la diabetes y conllevar a la presentación de hipoglucemias. Los pacientes que presentaron un episodio hipoglucémico tenían un riesgo hasta dos veces mayor de desarrollar demencia en comparación con los que no padecían esta complicación de la diabetes, de la misma manera, los ancianos con diabetes que desarrollaron demencia presentaron más del doble de riesgo de sufrir una hipoglucemia que aquellos sin deterioro cognitivo. Por tanto, se concluye la existencia de una asociación recíproca entre hipoglucemia y demencia en adultos mayores con diabetes mellitus.

Sin embargo, el paciente en general y el anciano en particular no es consciente de este grave problema. Por eso, es importante al tratar al anciano, su diabetes, ajustar los objetivos del tratamiento a la situación real del anciano, su esperanza y calidad de vida, tener en cuenta sus características personales. De esta forma, los objetivos de control de tratamiento deben ser más laxos y evitar la yatrogenia y las interacciones sobre todas las cosas, y estar siempre muy pendientes de evitar estas hipoglucemias, que a veces tienen consecuencias fatales. En este sentido, hay que reforzar el empleo de fármacos que han demostrado menor índice de hipoglucemias y ofrecer educación diabetológica tanto al anciano como a su cuidador.

Manejo integral

No se puede olvidar un abordaje integral del paciente anciano con diabetes, basado en un control global de los factores de riesgo cardiovascular. De hecho, el control de tabaquismo, la HTA y la dislipemia en el anciano proporciona mayor reducción de la morbimortalidad que el propio control glucémico. El tratamiento antihipertensivo produce beneficios incluso en ancianos de edad muy avanzada. Igualmente, existen evidencias sólidas de los beneficios de la terapia con estatinas y antiagregantes en ancianos en prevención secundaria, mientras que en prevención primaria su uso es más controvertido y debería individualizarse.

En este contexto, el tratamiento de la diabetes en el anciano representa un importante reto tanto desde el punto de vista clínico, como de la salud pública. Dada la gran heterogeneidad en la población anciana, que incluye sujetos con muy diferente capacidad funcional y cognitiva, comorbilidad y con muy diferente expectativa de vida, resulta crucial realizar una valoración global del anciano desde una perspectiva biopsicosocial y abordar íntegramente los factores de riesgo cardiovascular, planteando objetivos personalizados del control glucémico.

Modificar el estilo de vida

Así, hay que comenzar con las modificaciones en el estilo de vida. En caso de que sean insuficientes, el tratamiento de elección dada su seguridad, efectividad y coste-eficacia, es la metformina.

En caso de insuficiencia renal con filtrados menores de 60 ml/min, contraindicación o intolerancia, debe considerarse el tratamiento con inhibidores de la DPP4, una sulfonilurea con bajo riesgo de hipoglucemia.

Si la monoterapia no alcanza el objetivo de control, la asociación con un inhibidor de la DPP-4, es preferible, por su menor riesgo de hipoglucemia.

En pacientes con mala tolerancia a metformina que precisen terapia oral combinada, la opción más recomendable sería la de un inhibidor de la DPP-4.

Cuando con dos fármacos orales no se consiguen los objetivos de control, se plantea si asociar un tercer fármaco u una insulina basal. Los análogos de GLP-1 pueden considerarse en ancianos sin fragilidad con diabetes 2 y obesidad, cuando la pérdida de peso sea prioritaria. En los pacientes que requieren tratamiento insulínico, la opción más segura es la adición al tratamiento de una insulina basal. Si con la insulina basal no se consiguen los objetivos de control, será necesario intensificar el tratamiento insulínico.

En general, los ancianos con capacidad funcional y cognitiva conservadas, sin complicaciones ni comorbilidades asociadas y con buena expectativa de vida, se recomienda un objetivo de control de HbA1C de 7-7,5%. En cambio, en anciano frágil, los objetivos de control no han de ser tan estrictos (HbA1C 7,6-8,5%).

Los nuevos medicamentos han disminuido ostensiblemente las hipoglucemias, como los inhibidores de la DPP-4, los análogos de las incretinas y los inhibidores de la bomba de glucosa a nivel renal son unos tratamientos muy esperanzadores para evitar las hipoglucemias en los ancianos.

Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Medicina General Susana Duce Tello y los endocrinólogos Alejandra Duran Rodríguez Hervada, Natalia Pérez Ferre, Myriam Partida Muñoz y Celestino Rodríguez Jiménez, del Hospital 12 de Octubre, de Madrid; los médicos de familia Pilar Gil Díaz, Arancha Montilla Bernabé, Paola Tovar García, Julia Calleja Cuadrado y Carmen Cruz Muñoz; Mª Carmen Martín Romero, Eva Mª Gordo Romero y Carina Álvarez de Monrego, del Centro de Salud Joaquín Rodrigo; José Mª Ferrer García-Borras, Enrique Pereda Arregui y Antonino Román Martínez, del Centro de Salud Almendrales, y Mercedes Ricote Belinchón, Ana Alayeto Sánchez, Consuelo Sánchez Sánchez e Inmaculada González García.


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