artículos de actualidad

mayo 2016

El coste anual del cuidado de una persona con alzhéimer roza los 32.000 euros

Fuente: www.efe.com

El coste anual del cuidado de una persona con alzhéimer es de 31.890 euros, según ha desvelado hoy la Confederación Española de Asociaciones de Familiares de Personas con Alzheimer (Ceafa), en el marco de una jornada sobre esta enfermedad celebrada en Barcelona.

La presidenta de Ceafa, Cheles Cantabrana, ha presentado en la jornada "Comprometidos con la Demencia" los resultados del estudio 'El cuidador español', realizado por la confederación con la colaboración de Sanitas, del que ha destacado la situación en que quedan las personas que se hacen cargo de los enfermos de alzhéimer.

Cantabrana ha explicado que los costes directos de la enfermedad suponen casi una cuarta parte de los mismos, entre pruebas de diagnósticos, visitas médicas, hospitalizaciones, medicamentos y cuidados a largo plazo en el domicilio o en una residencia.

El resto de costes son los indirectos, que incluyen la formación de personal de apoyo para su capacitación en el cuidado de las personas con alzhéimer, pero también los derivados de la pérdida de productividad, de tiempo, de oportunidades de empleo y de sueldo asociado a la atención que deben proporcionar los cuidadores.

Según el estudio, el 33 % de las personas que cuidan a sus familiares enfermos de alzhéimer tienen que ajustar su situación de trabajo para adaptarla a la nueva coyuntura a la que se enfrentan, otra tercera parte no cambia su situación laboral, mientras que el 20 % están jubilados, el 9 % está desempleado y un 8 % se ve obligado a abandonar su trabajo.

La presidenta de Ceafa ha aclarado que "estos datos sobre la situación laboral de los cuidadores están directamente relacionados con los grupos de edad que desempeñan esta función, de los que el 23 % tiene más de 70 años, el 22 %, entre 50 y 55, mientras que el porcentaje de edades comprendidas entre los 35 y 40 años, 40 a 45 y 45 a 50 se sitúan en el 10 %, y el resto de edades no superan el 7%.

Cantabrana ha destacado que el 67 % de las cuidadoras son mujeres, y ha avisado de que "el hecho de que el cuidado de los enfermos de alzhéimer sean realizados por mujeres mayoritariamente puede suponer un peligro de alienación y de exclusión de la mujer en el mundo laboral".

El estudio también ha subrayado que la mayoría de personas eligen ser las cuidadoras de sus familiares con alzheimer, pero no saben cómo desarrollar ese cuidado, por lo que casi el 25 % prefiere la formación y el 30 % la información en la ayuda recibida, aunque más de la mitad prefieren la sustitución y la ayuda económica, y el 40 % la ayuda psicológica.

Ante esta situación, las familias se inclinan mayoritariamente por que el profesional contratado les suponga una ayuda o una cooperación, y sobre todo les proporcione información ya que, según Cantabrana, "el estudio también ha demostrado que los familiares de la persona con alzheimer no quiere dejar de ser el responsable principal del cuidado".

En paralelo a la aportación de la presidenta de Ceafa, una enfermera y cuidadora experta en demencias, Pilar García, ha expresado que "lo más importante para ser cuidador es su propio bienestar para que no pase su miedo o su inseguridad de hacer una mala tarea al enfermo", aunque ha señalado que "si se hace con cariño y respeto, es imposible equivocarse".

El estudio 'El cuidador español' de Ceafa ha utilizado, para llegar a estas conclusiones, 70 encuestas a cuidadores, con 49 preguntas elaboradas entre septiembre y octubre de 2015 en las delegaciones de la confederación en 7 comunidades autónomas.

El reto de la 'HAD 2020': el domicilio como tercer nivel

Fuente: www.diariomedico.com
Autora: Rosalía Sierra

La Sehad prepara una estrategia para homogeneizar el modelo. El principal objetivo a cuatro años es llevar la HAD a todos los hospitales.

Cuando llegue su implantación prácticamente universal, la hospitalización a domicilio (HAD) "ofrecerá la mejor oportunidad de atención especializada en el domicilio del paciente, con los mejores resultados en eficacia clínica, seguridad y satisfacción para el propio enfermo y sus familiares. Será un elemento clave favorecedor de la sostenibilidad y la atención hospitalaria".

Parece un escenario lejano, sobre todo considerando que "la HAD está llamada a ser una palanca de innovación del sistema sanitario... desde hace 30 años", según se lamenta Oriol Estrada, director de Procesos Transversales de la Gerencia Territorial Metropolitana Norte del Instituto Catalán de la Salud (ICS) e internista con amplia experiencia en este modelo de atención.

De hecho, hace ya veinte que la Organización Mundial de la Salud (OMS) creó el programa From Hospital to Home Health Care, dirigido a promover, estandarizar y registrar adecuadamente esta modalidad de atención, que define como la asistencia a domicilio "con el fin de promover, restablecer o mantener el máximo grado de confort, funcionalidad y salud, incluyendo cuidados tendentes a dignificar la muerte. Los servicios domiciliarios pueden ser clasificados por categorías en promoción, prevención, terapéuticos, rehabilitación, cuidados crónicos y paliativos".

La HAD es, según los expertos, una alternativa real a la hospitalización convencional, y mucho más eficiente. Una cama de HAD cuesta, de media, unas tres veces menos que una de hospitalización convencional. Pero cuesta. Por eso la financiación es una de sus grandes trabas.

Por ejemplo, la unidad de HAD del Hospital Universitario Cruces, en Vizcaya, pionera en España -fue la segunda unidad, hoy servicio, creada en España-, supone unos 3,3 millones de euros anuales (el 0,80 por ciento del presupuesto total del hospital), con un peso medio de los pacientes en 2013 de 1,70 (media del hospital 1,71), y un número de altas próximo a 2.500. El coste por estancia es de cien euros y, por alta, de 1.530; en el hospital, en 2012, el coste por estancia fue de 940 euros y, por alta, de 4.870.

Manos a la obra

Y como nada se consigue sólo con lamentarse, la Sociedad Española de Hospitalización a Domicilio (Sehad) ha decidido ponerse manos a la obra y elaborar "un plan de actuación a cuatro años que produzca un cambio estructural en la HAD en el ámbito nacional", según anuncia a Diario Médico Manuel del Río, presidente de la entidad.

• El mayor problema de la HAD hasta ahora, según Oriol Estrada, es la falta "de un esfuerzo conjunto para establecer las bases de una implantación homogénea"

El objetivo es convertir a la HAD en una alternativa real, que "reduzca el alto porcentaje de hospitalizaciones inadecuadas -entre el 20 y el 30 por ciento-, que lleva décadas invariable, atendiendo a su capacidad de tratar a enfermos complejos con resultados no inferiores a la hospitalización convencional", según Estrada. Además, a su juicio, "el ahorro de costes generado se reinvertirá en adaptar el sistema sanitario a sus nuevos retos".

Este plan se ha traducido en la estrategia HAD 2020, que dará como resultado un libro blanco y que se presentará en el congreso de la Sehad, que se celebra esta semana en Las Palmas de Gran Canaria.

La variabilidad en la atención entre unidades, la disparidad de carteras de servicios y la falta de indicadores específicos, son las principales debilidades detectadas

El origen de esta estrategia está en la toma de conciencia por parte de los profesionales de la HAD de que "para conseguir consolidarla como una opción asistencial relevante en el sistema sanitario nacional había que iniciar un trabajo de replanteamiento en profundidad y de difusión entre políticos, profesionales y la sociedad en general", según Estrada.

El mayor problema de la HAD es que "no ha habido ningún esfuerzo conjunto para establecer las bases de una implantación homogénea en todo el territorio estatal. Cada centro hospitalario, cada comunidad autónoma -en el mejor de los casos-, ha desplegado las unidades sin armonizar recursos, cartera de servicios y, ni tan siquiera, comparar resultados asistenciales o de impacto económico".

Cambio estratégico

La idea nació en las jornadas de la Sehad del año pasado, que se celebraron en Santiago de Compostela, en abril. Con el propósito firme de cambiar las cosas, "a finales del verano creamos un grupo de trabajo con diez expertos nacionales encargados, primero, de medir la situación de la HAD en España y, después, de elaborar un plan de actuación", relata Del Río.

El primer paso fue poner en marcha una encuesta entre las 110 unidades existentes en nuestro país para conocer su opinión, fundamentalmente en lo que concierne a organización, recursos -materiales y humanos-, sistemas de información, cartera de servicios, actividad asistencial y resultados, docencia e investigación y modelo asistencial. Respondió en torno al 80 por ciento de las unidades, y los resultados darán al grupo de trabajo una base para establecer la estrategia. Para ello, se ha elaborado una matriz DAFO (debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades) con los factores determinantes de la situación actual de la HAD en España.

En esta matriz, recogida en el borrador de la estrategia, al que ha tenido acceso Diario Médico, se ha asignado a cada factor una puntuación de entre 1 y 9.

A tenor de estas puntuaciones, destacan, entre las debilidades, "la variabilidad en la atención entre unidades", "la disparidad de carteras de servicios", "la falta de indicadores específicos" y el problema de autoestima generado por el "poco reconocimiento profesional". Entre las amenazas figuran "la percepción como una amenaza por parte de atención primaria y algunos servicios hospitalarios", "la indiferencia y desconocimiento de políticos y planificadores" y "la fragmentación del proceso asistencial".

Frente a ello, las fortalezas más destacadas son "la implicación con la asistencia", "el trabajo en equipo multidisciplinario", "la atención de calidad centrada en el paciente" y "el buen ambiente laboral"; y, entre las oportunidades, "el desarrollo de nuevas TIC y sistemas de información", "la atención más centrada en procesos y rutas asistenciales" y "la necesidad de potenciar el continuum asistencial entre el hospital y la atención primaria".

Considerando estos factores, la HAD 2020 define seis líneas de actuación básicas. Se presentará en el congreso, lo que "servirá como punto de partida para todas las actuaciones necesarias para alcanzar los objetivos planteados por la estrategia", explica Estrada.

El congreso servirá también para poner en común los objetivos con los profesionales implicados en la HAD, gracias a la participación de representantes de sus sociedades científicas: internistas (SEMI), neumólogos (Separ), profesionales de cuidados paliativos (Secpal), infectólogos (Seimc) y gestores (Sedisa).

Asimismo se presentará una segunda encuesta "de validación del diagnostico de situación, que permanecerá abierta hasta el día de la inauguración";por ello, aún no se conocen los resultados, pero "la participación está siendo muy elevada".

6 ideas fundamentales

La HAD 2020 se estructura en torno a 6 líneas estratégicas fundamentales:

1. Establecer un modelo asistencial común, definiendo de manera menos heterogénea qué es la HAD, cuáles son sus actividades y cuál su cartera de servicios. También se prevé elaborar un plan de calidad y la búsqueda de un sistema de acreditación para las unidades y, en una tercera fase, promover la disminución de la variabilidad clínica.

2. Contar con un sistema de información compartido para todas las unidades; dado que los indicadores tradicionales de hospitalización no sirven para este modelo, habría que diseñar valores específicos que permitan promover el benchmarking entre las unidades.

3. Promocionar la investigación multicéntrica, definiendo campos prioritarios, y la formación en investigación, la creación de grupos colaborativos y el acceso a proyectos financiados.

4. Difundir las bondades de la hospitalización a domicilio, por la vía del libro blanco, entre los decisores (profesionales, gestores y políticos).

5. Fomentar la formación en HAD para profesionales, con un plan específico, acreditado y con valor curricular, y promover el reconocimiento de una categoría profesional propia.

6. Definir y aportar información sobre costes y actividad, diseñar una escala de unidades relativas de coste y, con la evidencia de la eficiencia de la HAD, definir modelos de financiación adecuados y promover iniciativas que permitan generar evidencia sobre la sostenibilidad de la HAD.

Atados a su dependencia: Se debe cambiar la cultura del cuidado

Fuente: elpais.com
Autora: María López Escorial

¿Cómo te sentirías si estuvieras atado a alguna sujeción la mayor parte del día?

Pues muchos de nuestros mayores lo están. Según uno de los pocos estudios comparativos entre países, en España el uso de sujeciones físicas como práctica habitual en el cuidado de personas mayores y dependientes está cerca del 40%, y sube del 60 al 80% en los casos de demencia o enfermedad mental. Mientras, la utilización de estos métodos en Dinamarca está en torno al 2% y en el Reino Unido o Alemania no supera el 5%.

"Existe en la sociedad una falta de sensibilidad y valoración de las personas mayores y las personas dependientes", opina la doctora Ana Urrutia, creadora de un modelo innovador y pionero para la dignificación y mejora de la calidad de vida de estos colectivos. "Esta apatía deriva en una falta de demanda de modelos de cuidado distintos a los actuales, más allá de la atención médica y procedimientos de seguridad. Un indicador de esa mecanización del cuidado es el uso de sujeciones físicas y químicas como práctica habitual”, señala Urrutia.

A la vista de las diferencias con otros países de Europa, sus conclusiones parecen evidentes. ¿Por qué aquí creemos necesario sujetar a una gran parte de nuestros mayores y allí no? “El paciente vive indignamente que le sujeten”, considera la especialista. “Nos encontramos en una sociedad en la que en general, a las personas mayores y dependientes se las ve de manera peyorativa, como un coste o un gasto y esto hace que no les atendamos suficientemente, e incluso seamos negligentes".

La doctora opina que muchas de nuestras instituciones anteponen "la eficacia y eficiencia de la institución" al bienestar de la persona atendida. "Llega un momento que los equipos no se dan cuenta, y no empatizan con la persona a la que están cuidando”.

Y por apatía, la sociedad no se cuestiona ese modelo. Así que los profesionales están formados en aspectos técnicos y no emocionales. Como dice Urrutia, "el déficit no lo tiene el paciente, son los equipos y las instituciones”. Incluso muchos de los familiares se niegan cuando se les propone liberar a los pacientes de las ataduras. "¿Y si se cae?".

El empuje de Urrutia por liderar esta batalla viene de su propia experiencia en la dirección de una residencia para mayores, cuando un familiar de un paciente le preguntó por la razón del uso de las ataduras. Se dio cuenta de que nunca se lo había cuestionado. Así que enfrentada con la realidad y enfadada consigo misma, no paró hasta encontrar una solución.

Una vez hallada, contempla con cierta rabia cómo después de haber demostrado por activa y por pasiva que un modelo sin sujeciones posible, mejor y más eficiente a largo plazo, muchas de las instituciones, reguladores y familias siguen prefiriendo las ataduras. "¿Y qué más tengo qué hacer?", clama Urrutia.

El uso de sujeciones no está considerada como una mala práctica médica y procede de los cuidados psiquiátricos. Tiene un sentido preventivo para que los pacientes no se caigan o se hagan daño a sí mismos y prioriza, sobre todo, la seguridad. La idea es que sujetar es una forma de cuidar.

Pero en la Fundación Cuidados Dignos, creada por la doctora Urrutia, creen que es un gran atentado contra la dignidad de los pacientes y que puede causar grandes problemas físicos y psicológicos. Por eso su modelo pone por delante esa dignidad. “Se le protege de otra manera, poniéndole en el centro de toda la operación”.

Reducir el uso de las sujeciones a las situaciones estrictamente necesarias no es fácil, implica una transformación profunda en la cultura de trabajo de las instituciones sociosanitarias, en los roles de los profesionales, en el proceso de toma de decisiones y, en ocasiones, en la propia estructura física de los centros, que deberían remodelar su cultura para prestar atención a las necesidades de la persona.

Muchas veces esto se ve como un gasto y trabajo extra y —lo que es más importante— implica involucrarse emocionalmente con el paciente. Y eso es algo para lo que no todo el mundo está preparado. La gestión del cambio en las personas y en los centros está siendo el mayor impedimento para la propagación del modelo.

Para impulsar esa expansión y lograr un cambio sistémico en la forma en que se imparten los cuidados a nuestros mayores y dependientes, Ana Urrutia y su equipo han diseñado el modelo Libera-Care, —probado por la propia Fundación Cuidados Dignos— cuyo objetivo es "cambiar el modelo, tanto sanitario como social”.

Plantean un proceso flexible de eliminación gradual de las sujeciones físicas y químicas, en un periodo de cuatro años en los que se actúe en cuatro frentes principales. Durante todo ese tiempo, la fundación imparte formación y da soporte.

La implementación del Libera-Care no sólo tiene un efecto positivo sobre la salud física y mental de los pacientes. Además de ponerlos en el centro del sistema, prioriza el bienestar de los trabajadores sanitarios, lo que está redundando en reducir el estrés de los trabajadores, humaniza la relación con la familia del paciente y mejora el clima de trabajo. Según las declaraciones de algunos de los trabajadores, “parece que las personas resucitan”. Pero hay que tolerar en los centros lo que Ana llama “desorden ordenado”, donde si un paciente necesita estar acompañado y el personal tiene que estar reunido, al paciente se le invita a la reunión… "Y esto no significa que las reuniones se conviertan en grupos de pacientes deambulando por la sala… La realidad no es así”, propugna.

El déficit no lo tiene el paciente, son los equipos y las instituciones

Para la correcta aplicación y extensión del modelo, también ha definido un sistema de indicadores y una certificación, renovable cada cinco años,
que miden el impacto en la calidad de vida tanto física como psicológica de las personas. “La fundación concede una certificación que reconoce si estás al inicio del cambio de modelo o al final. Además, la certificación transmite a la sociedad que esa organización trabaja desde una atención centrada en la persona, y que el cuidado que dispensamos es absolutamente digno y vivido como tal por el paciente". A pesar de que la eficiencia o el incremento de costes se ha puesto como argumento para no implementarlo, el modelo no requiere más personal ni una gran inversión en tecnología o infraestructura.

Desde 2006, más de 120 centros han sido acreditados por Libera-Care y su objetivo es que haya una explosión en los próximos cinco años y que en 10-15 años todos los centros españoles sigan en un modelo de “no sujeción”. Gracias a su trabajo y la implantación del modelo, Ana Urrutia ha sido nombrada Emprendedor Social por Ashoka. Ashoka es la mayor red de emprendedores sociales del mundo, una organización global, independiente y sin ánimo de lucro que lidera la apuesta por la innovación y el emprendimiento social, construyendo una sociedad de ciudadanos que sean actores de cambio. Hoy apoya el trabajo de más de 3.300 emprendedores sociales en 90 países.

De verdad confió en que logren pronto su objetivo de cambiar la cultura de cuidado y no estar sujeta en unos años… Para ello necesitan la involucración de todos. Que las administraciones públicas regulen y obliguen a revisar los procedimientos, que los centros se centren en el paciente y no teman al cambio y que la sociedad en general presione y tome partido. “Cuando todos tomemos conciencia de lo que las sujeciones son, y de lo que significan, superando los miedos atávicos que nos han hecho pensar que con sujeciones las personas mayores están más seguras, se exigirá que los centros trabajen por erradicarlas y que solo las utilicen en situaciones extremas de forma puntual y excepcional. Todos somos responsables y agentes activos del cambio”, sentencia Urrutia.

La pionera aplicación móvil que da un paso más en la teleasistencia

Fuente: abc.es

Un emprendedor sevillano crea un sistema para la asistencia sociosanitaria desvinculada del teléfono fijo.

Con sólo pulsar un botón, un aviso de emergencia llega a la central.

A partir de ahí, un teleoperador contacta con el usuario y activa el protocolo de asistencia que se necesite, bien sea de carácter sanitario o de otro tipo que requiera la labor de la Policía o los Bomberos, por ejemplo. Es la idea básica en la que se sustenta «El Botón Rojo», una aplicación móvil ideada por un emprendedor de Dos Hermanas, Francisco Marín Guillén, de 35 años, para dar un servicio de teleasistencia las 24 horas del día desde cualquier punto de España. De hecho, la singularidad de esta novedosa aplicación radica precisamente en eso; en la posibilidad de ofrecer una atención sociosanitaria desvinculada del teléfono fijo, tal y como se articulan los habituales sistemas de teleasistencia.

«El sistema convencional que existe en la actualidad implica que cuando la persona sale del domicilio no está protegida y por ahí nació un poco esta idea», explica en este sentido el creador de «El Botón Rojo», un publicista y emprendedor asentado en el municipio nazareno que decidió utilizar los avances que ofrece la tecnología móvil para dar un paso más en el mundo de la teleasistencia. «Hay muchas familias que tienen personas mayores que viven solas, pero que se valen por sí mismas y salen a comprar el pan, al banco y a sus mandados, en general. Sin embargo, si les pasa algo en la calle, esa teleasistencia que habitualmente tienen en su hogar no les vale», apunta.

Precisamente, en ese «vacío» que suelen dejar los actuales servicios de asistencia, vinculados a una línea telefónica fija, nace esta aplicación móvil pionera en su rango, que salió al mercado a finales de enero de 2016. «La idea surgió, en realidad, por necesidad, ya que tengo un familiar que padece diabetes y sufrió varios episodios en la calle», reconoce Marín, un inquieto emprendedor que no paró de darle vueltas a la cabeza hasta dar con el diseño y mecanismo de funcionamiento más adecuado para este servicio. «Con esta aplicación, lo mismo da que la persona esté de vacaciones en la playa o en un pueblecito de Huesca, porque va a estar protegida esté donde esté».

Comparte la ubicación

La ventaja, además,
que ofrece este nuevo servicio móvil es que, junto al contacto inmediato con una teleoperadora, automáticamente se envía la ubicación del usuario a la centralita, gracias al sistema de GPS que tienen todos los «smartphone». Precisamente, esta tecnología de geolocalización permite también que la aplicación móvil actualice la ubicación del usuario cada diez minutos y ésta se pueda compartir en el teléfono móvil de un familiar. «Es muy útil para personas con problemas de orientación o con la enfermedad del alzhéimer, pero también para los niños», explica Marín, quien puntualiza que esta opción puede, de cualquier forma, desactivarse cuando se desee.

Como «valor añadido» a todo esto, según explica su creador, la aplicación móvil de «El Botón Rojo» ofrece un «recordatorio de citas médicas y de toma de medicinas», además de un «seguimiento del usuario cada diez días por parte de la teleoperadora para ver cómo se encuentra».

Así, la persona sólo debe descargar de forma gratuita la aplicación en su teléfono móvil y pagar una cota mensual de 8,95 euros para poder acceder al servicio.

Qué pasa si el usuario no cuenta con un teléfono de última generación

Sin embargo, consciente de que buena parte de sus potenciales usuarios pueden no disponer de un teléfono móvil de última generación, «El Botón Rojo» ofrece una «alternativa» a través de un dispositivo GPS, que funciona como si fuera un teléfono móvil en sí. «Actúa igual que la aplicación, con la ventaja de que se puede colgar al cuello o llevarlo como un llavero. El usuario pulsaría el botón de SOS y se activaría el mismo protocolo», apunta Marín, que ya se encuentra también trabajando en el diseño de una versión de la aplicación para los relojes inteligentes.

Por lo pronto, «El Botón Rojo» cuenta con medio centenar de usuarios suscritos, si bien está presente por toda Sevilla y goza ya de distribuidoras en puntos como La Coruña, Madrid, Zaragoza, Álava o Barcelona. Marín reconoce, en este sentido, que el perfil del usuario es, por tanto, muy diverso, ya que puede ser útil para personas mayores pero también para los padres que quieran saber dónde se encuentran sus hijos pequeños o adolescentes.

Para más información: www.elbotonrojoapp.com

Mr Jeff: una «app» que promete poner fin a las lavadoras y tender la ropa

Fuente: abc.es

Una «startup» española crea una aplicación para dispositivos móviles de tintorería y lavandería a domicilio

Hay una tendencia clara en el reparto a domicilio a través de una aplicación. Primero han sido algunos recados como hacer la compra pero poco a poco se integra en otros aspectos.

La «startup» española Mr. Jeff ha creado una aplicación para dispositivos móviles que permite a sus usuarios contratar un servicio de lavandería a domicilio en el que puede dónde y cuándo vienen a buscar su colada y en menos de dos días tenerla lista para usar.

Fundada en agosto del pasado año por tres emprendedores de 25 años, esta «app» nace con el objetivo de ofrecer un servicio «rápido y eficiente» de lavandería y tintorería a domicilio y, además, conseguir que sus usuarios «puedan disfrutar de su tiempo libre» en lugar de invertirlo en lavar, tender y planchar la ropa. Parten de la premisa que estas tareas del hogar suelen dar mucha pereza a gran parte de la población. Son «las que menos nos gustan» y «algunas de las que más tiempo nos quitan», según los responsables del proyecto, Eloi, Rubén y Adrián.

La compañía, con sede en Valencia, nació por la necesidad de «ahorrar dinero y tiempo» y «facilitar la vida de nuestros usuarios, también sea más económico», asegura en un comunicado Eloi Gómez, máximo responsable de Mr Jeff. Actualmente ya tienen presencia en Madrid y, próximamente, lo hará en Barcelona, desde donde operan ya unos mil clientes semanalmente. A juicio de uno de sus creadores, Adrián, lo mejor de Mr. Jeff es que «cubre una necesidad común para perfiles de clientes muy distintos», que van desde familias, a jóvenes independizados que necesitan ayuda en las tareas del hogar o trabajadores que necesitan sus trajes listos cada semana.

El funcionamiento de la aplicación (disponible para iOS y Android) es sencillo. En pocos minutos desde la versión web o aplicación un usuario puede contratar un servicio de lavandería, muchos de ellos pequeños comercios y empresas de treinta años de antigüedad, lo que da una cierta garantía de buen resultado. Por si fuera poco, y para evitar males mayores, dispone de un seguro para las prendas con la aseguradora Axa.

Además, cuenta con un servicio de atención al cliente 24 horas que permite realizar las consultas desde cuatro vías de contacto (telefónica, correo electrónico, aplicaciones como WhatsApp o desde el chat de la web) que permite la gestión de los pedidos al usuario. Entre su próximos retos se encuentra su expansión nacional e internacional. Para ello, valoran las oportunidades de asentarse en otras ciudades españolas como Sevilla o dar el salto a la capital de México.

Para más información: mrjeffapp.com

El síndrome de Diógenes con 3.544 seguidores de Facebook

Fuente:www.elmundo.es
Autores: Paco Rego, Gabriela Balarezo

José Ángel vivía en Alcabre (Vigo), donde apareció muerto en el pasillo, empotrado entre kilos de basura. Tenía 51 años y era hijo único. Había heredado la vivienda de sus padres y una finca, entre otras propiedades. Fue enterrado en una fosa de beneficiencia con el número 113.

A partir de su muerte, entre basuras y solo, reconstruimos el extraño caso de José Ángel Taboada

Jose Ángel vivía rodeado de inmundicias pero poseía un gran capital y su vida virtual era más que pulcra. "Yo soy como el jabón, lo que piensen de mí me resbala". Y José Ángel lo cumplió a rajatabla. Le resbalaba al Diógenes de Alcabre, antaño pueblo de celtas, que algunos le tacharan de "mala persona" o de tipo "raro".

Como el griego vagabundo aquel, que dormía en los pórticos de los templos envuelto únicamente en su manto y tenía por vivienda una tinaja, el vigués decidió pasar los días a dos velas, en una casa sin luz, sin agua, completamente solo. Entre montañas de maletas rotas, marcos gastados, ruedas, alambradas, restos de sillas... "Todo le valía", cuentan los vecinos de la Garita, la calle donde habitaba desde hace 10 años. Llevaba tiempo el hombre con el síndrome de Diógenes a cuestas. Y en absoluto parecía importarle. Al contrario. "Soy una persona feliz, muy feliz", escribió en su delirio.

Rodeado de la basura que cada noche, en bicicleta, recogía de los contenedores, José Ángel Taboada, 51 años, fue construyendo una mitad de su miserable vida. La más visible, la que todo el pueblo sabía. La otra, menos conocida y aparatosa, la vivía con pasión en Facebook.

Falto de amistades, esquivo y de escasas palabras, Taboada encontró en las redes sociales el universo que aparentemente ansiaba. Se inventó un alias y empezó a llamar la atención. Colgó la imagen de un espermatozoide y debajo se presentó: "Una foto mía, muy vieja". Era ingenioso. En otra instantánea, tras los recientes atentados de París, escribió en lo alto de una postal de la Torre Eiffel: "Ora por París"...

Lo que el mundo real le había negado, se lo dio el mundo virtual: le seguían 3.544 amigos en Facebook.

Y así, entre lazos negros de solidaridad, mensajes de amor y paisajes bucólicos de su tierra, José Ángel se fue haciendo un nombre. A ninguno llegaría a conocer físicamente. Eran amigos ficticios. Todos. También él, cupidoworld. Nadie -o casi nadie- sabía que detrás de este nombre de guerra había un solitario, hijo único, huérfano de padre y madre, que soñaba con perderse algún día en una isla desierta del Pacífico, un tipo al que algunos de sus más fieles seguidores consideraban "un líder". Lo más sorprendente, sin embargo, se lo había callado.

Aunque rodeado de inmundicias y tras haber perdido los 400 euros de ayuda social que recibía (se le había agotado el paro), el Diógenes de Alcabre no era pobre. Era dueño, al parecer, de varios inmuebles, herencia de sus padres, nacidos en el pueblo, entre ellos la vivienda con finca en la que vivía y un edificio. Y dicen que podría haber más.

Desde su casa, donde las ratas engordaban y los piojos iban de una habitación a otra saltando por las ropas sucias amontonadas en el pasillo, José Ángel divisaba los atardeceres de la playa de Samil, la más grande y popular de Vigo, y las Islas Cíes a lo lejos. Quién sabe si ese paraíso en medio del Atlántico fue lo último que vio antes de irse. El miércoles lo enterraron en una fosa de beneficencia. No hay nombre ni cruz en su tumba de arena. José Ángel Taboada ya sólo es un número, el 113, del camposanto vigués de Pereiró.

Lo encontraron muerto en la vivienda, encajonado entre kilos de basura. No hubo tiempo para despedidas. Su Facebook enmudeció para siempre el Viernes Santo.

Ese día, a las 10:10, Taboada puso el último mensaje. Era de poco madrugar y aquella mañana, antes de salir para Vigo, hizo una ronda por el mundo virtual. Intentó contactar con una amiga, Dori Macía, una canaria con residencia en Tenerife. "¿Estás despierta?", le escribió. Era frecuente que José Ángel se sincerase con la mujer que meses antes, en octubre del año pasado, había aceptado su amistad por Facebook. Al ver que no recibía respuesta, él optó por enviarle un WhatsApp diciéndole que ya la llamaría.

Dori esperó una hora, dos, tres... La noche la pilló en vela. Ella lo intentaba desde su teléfono. "Creí que se había quedado corto de crédito", cuenta la mujer a Crónica desde la isla. Era frecuente en el gallego. Así que la tinerfeña buscó una tienda y le recargó con 10 euros el móvil. Nunca tuvo respuesta. Sólo silencio.

Ella hablaba y chateaba todos los días con José Ángel y aquella ausencia empezó a preocuparla. Al día siguiente, sábado 26 de marzo, colgó un aviso en Facebook dirigido a todos los conocidos del vigués. Les preguntaba por su paradero o si alguien lo había visto. "Tantos amigos y nadie respondió", se indigna Dori. Ella sabía que José Ángel empezó a torcerse de verdad al quedarse sin madre. Hasta entonces se había buscado la vida con tres empleos en Vigo. En el economato de Citroën, después como taxista y finalmente haciendo de portero en una comunidad de vecinos. Sólo después de que se quedara huérfano volvió definitivamente a la casa familiar de la Garita, en Alcabre.

Al ver que ni su Facebook ni su móvil daban noticias, Dori decidió llamar a la parroquia del pueblo. Desde el otro lado del teléfono le prometieron que enviarían a alguien a la casa de su amigo. Nadie de la iglesia le devolvió la llamada.

Cuenta el párroco del pueblo, don José, que no era un feligrés de misa. "Venía por aquí, ayudaba en cosas del templo y se iba... Era una persona normal", asegura el sacerdote, reticente a dar más explicaciones. Ni cuando se le pregunta por el estado civil del vecino.

-Y yo qué sé si está casado.

-Usted es el cura y le conocerá bien...

-En esas cosas no me meto, buenos días -zanja el religioso.

El José Ángel que dibuja la canaria -"muy sociable" y "optimista"- nada se parece al hombre huraño y atrapado entre pilas de basura al que los bomberos tuvieron que rescatar tras su repentina muerte. Las primeras impresiones de los forenses apuntan a un óbito natural. "Era bromista y hacía gala de su agudo sentido del humor", recuerda quien fue su única confidente en los últimos meses. La precaria situación de José Ángel no le impedía soñar. "Hace ya tanto tiempo que no abrazo a alguien que ya no sé cómo se hace", dejó escrito. Y añoraba viajar a Tenerife para conocer a su chica de Facebook.

Lobo solitario, indigente... Nada de esto tiene sentido para Dori. Ella evoca a un hombre como cualquier otro. Que viajaba, casi todos los días, en bicicleta a Vigo para encontrarse con los amigos, para tomarse un café cortado, hablar de política... Eso le decía él. Era aquél que quería construir un huerto en su casa de Alcabre, el que asistía a las manifestaciones de los desahuciados... El que sobrevivía gracias a Cáritas. "Pienso que en un futuro voy a vivir bien", confesaría a su querida Dori.

Algunos vecinos de José Ángel dicen que llegó a enviudar y que es padre de una hija. Otros hablan de que nunca se le conoció pareja ni tuvo descendencia.

El miércoles sólo dos mujeres vestidas de negro fueron a despedirlo a su tumba sin nombre. La número 113.

infogerontologia.com, se hace eco de este artículo para que todos nos concienciemos de que detrás de estas patologías, hay seres humanos con sentimientos y necesidades que si algún día alguien las hubiera cubierto, quizá nunca se hubieran encontrado en esta triste tesitura.


Artículos anteriores:

Año 2016

Enero, Febrero, Marzo, Abril, Mayo, Junio, Julio, Agosto, Septiembre, Octubre, Noviembre, Diciembre.

Año 2015

Enero, Febrero, Marzo, Abril, Mayo, Junio, Julio, Agosto, Septiembre, Octubre, Noviembre, Diciembre

Año 2014

Enero, Febrero, Marzo, Abril, Mayo, Junio, Julio, Agosto, Septiembre, Octubre, Noviembre, Diciembre

Año 2013

Enero, Febrero, Marzo, Abril, Mayo, Junio, Julio, Agosto, Septiembre, Octubre, Noviembre, Diciembre

Año 2012

Enero, Febrero, Marzo, Abril, Mayo, Junio, Julio, Agosto, Septiembre, Octubre, Noviembre, Diciembre

Año 2011

Enero, Febrero, Marzo, Abril, Mayo, Junio, Julio, Agosto, Septiembre, Octubre, Noviembre, Diciembre

Año 2010

Enero, Febrero, Marzo, Abril, Mayo, Junio, Julio, Agosto, Septiembre, Octubre, Noviembre, Diciembre

Año 2009

Enero, Febrero, Marzo, Abril, Mayo, Junio, Julio, Agosto, Septiembre, Octubre, Noviembre, Diciembre

Cristina Rodríguez Benito
directora de infogerontologia.com

infogerontologia@gmail.com