artículos de actualidad
marzo 2016
La Fundación Pasqual Maragall y la Obra Social “la Caixa” reúnen a más de 1.500 voluntarios y colaboradores del Estudio Alfa, la investigación con más participantes del mundo dedicada a la detección y prevención de esta enfermedad
Barcelona, 30 de marzo de 2016
El acto, presentado por el periodista Carles Capdevila, ha contado con una charla del Dr. José Luís Molinuevo y con la participación del Dr. Jordi Camí, director de la fundación, Cristina Maragall, portavoz y voluntaria, y Jaume Giró, director general de la Fundación Bancaria “la Caixa”.
El Estudio Alfa (Alzheimer y Famílias), impulsado por la Obra Social “la Caixa” y la Fundación Pasqual Maragall, y en el que participan 2.743 voluntarios, permitirá conocer mejor los procesos que tienen lugar antes del inicio de la enfermedad del Alzheimer, para poder diseñar intervenciones que prevengan o retarden su aparición.
Uno de los mayores interrogantes en la investigación sobre el Alzheimer es cuándo se encontrará un tratamiento que permita curar, frenar o retardar los síntomas de esta enfermedad neurodegenerativa. Éste ha sido uno de los principales temas que se ha tratado en el segundo encuentro de voluntarios del Estudio Alfa (Alzheimer y Familias), que ha reunido a más de 1.500 asistentes, y que ha sido organizado por la Fundación Pasqual Maragall y la Obra Social de “la Caixa”. Esta reunión anual quiere hacer partícipes a los voluntarios y colaboradores de las últimas novedades de la Fundación y de la investigación contra el Alzheimer.
El acto, que ha tenido lugar en el auditorio del Fòrum, ha sido presentado por el periodista Carles Capdevila que ha puesto de manifiesto el valor y la generosidad del voluntariado científico para continuar luchando por la investigación de soluciones para esta enfermedad, que actualmente afecta a unas 800.000 familias en toda España, junto con el Dr. Jordi Camí, director de la Fundación Pasqual Maragall, y Jaume Giró, director general de la Fundación Bancaria “la Caixa”. Cristina Maragall, portavoz de la Fundación y voluntaria del Estudio Alfa, ha querido reconocer la figura de los cuidadores, que la mayoría son familiares no profesionales. Por otro lado, el Dr. José Luis Molinuevo, director científico de la Fundación, ha dado respuesta al tema central del encuentro: la vacuna del Alzheimer que no llega nunca.
¿Por qué es tan complicado encontrar el fármaco?
La búsqueda de una vacuna contra la enfermedad del Alzheimer es un tema que suscita un gran interés social y científico, afectando de manera muy directa a los enfermos y a sus familiares. “En los últimos 15 años se han desarrollado decenas de medicamentos dirigidos a disminuir la acumulación de proteína amiloide en el cerebro y la destrucción neuronal que provoca el Alzheimer, pero ninguno de ellos ha sido satisfactorio, ya que aunque han sido efectivos en la “limpieza” del cerebro, no han mejorado el estado cognitivo de los pacientes, es decir, no han frenado ni curado los síntomas de la enfermedad”, señala el Dr. José Luis Molinuevo.
El desarrollo de un medicamento nuevo es un proceso largo que exige superar diferentes fases. En general, sólo entre el 2 y el 5% de los ensayos clínicos con resultados prometedores con animales pasan a ser evaluados con humanos, debido a la gran dificultad de extrapolar los resultados. Además, en el caso del Alzheimer, es aún más complicado por la complejidad y la larga duración de la enfermedad.
El foco de investigación de nuevos tratamientos se ha puesto tradicionalmente en las personas enfermas, es decir, con síntomas clínicos manifiestos. Pero actualmente sabemos que se inicia de forma silenciosa entre 15 y 20 años antes de la aparición de los primeros síntomas. Este nuevo conocimiento ha comportado que, en los últimos años, se haya replanteado el punto de vista desde el que se estaba abordando la investigación de esta patología; y cada vez son más los investigadores, centros de investigación y organismos científicos que están orientando sus esfuerzos a la detección precoz y a la prevención, como es el caso del Estudio Alfa.
Todo apunta a que los ensayos clínicos de nuevos medicamentos se irán trasladando a fases más iniciales de la enfermedad, incluso antes de sus primeras manifestaciones. Y es que no se descarta que medicamentos ineficaces en enfermos ya diagnosticados pudieran ser efectivos si se administraran años antes de la aparición de la enfermedad.
El Estudio Alfa y el proyecto europeo EPAD
Con el impulso de la Obra Social “la Caixa”, la Fundación Pasqual Maragall puso en marcha el año 2012 el Estudio Alfa para la prevención del Alzheimer. Actualmente es uno de los más complejos y con mayor número de voluntarios que existe en el mundo dedicado a la detección y la prevención del Alzheimer. Participan 2.743 voluntarios adultos sanos, de entre 45 y 75 años, hijos e hijas de personas afectadas por el Alzheimer, a los que se efectúa un conjunto de pruebas (cognición, genética, neuroimagen…) cada tres años y durante décadas. El objetivo es identificar, de forma precoz los signos biológicos relacionados con la enfermedad.
Siguiendo esta línea de investigación, en el marco del proyecto europeo EPAD (European Prevention of Alzheimer’s Dementia), la Fundación tiene previsto iniciar este año los primeros ensayos clínicos de prevención con voluntarios sanos. En esta iniciativa participan 35 centros de investigación, universidades, asociaciones de enfermos y laboratorios europeos con el objetivo de obtener un fármaco que actúe en los estadios iniciales de la enfermedad, evitando o atrasando la aparición de los síntomas.
Fundación Pasqual Maragall
La Fundación Pasqual Maragall es una entidad privada sin ánimo de lucro que nació en abril de 20 de 2008, dando respuesta al compromiso adquirido por Pasqual Maragall (ex alcalde de Barcelona y ex presidente de la Generalitat de Catalunya) cuando anunció públicamente que le habían diagnosticado Alzheimer.
Su misión es abordar los retos que planteaba esta enfermedad desde la investigación científica, con el compromiso de aportar soluciones decisivas y mejorar el bienestar de las familias afectadas. Orienta su actividad a la detección precoz y a la prevención del Alzheimer, con el objetivo de reducir el número de enfermos y retardar la evolución de la enfermedad, así como ofrecer soluciones que mejoren la calidad de vida de personas afectadas y sus cuidadores. La Fundación está dirigida por el Dr. Jordi Camí y presidida por Diana Garrigosa, esposa de Pasqual Maragall, que ostenta el cargo de Presidente de Honor. Para más información: www.fpmaragall.org/
Fundación Bancaria “la Caixa”
La Fundación Bancaria “la Caixa” ha consolidado su actividad durante el 2015 con el objetivo de construir una sociedad mejor y más justa, dando oportunidades a las personas que más lo necesitan. Durante el último año, y a través de la Obra Social, ha atendido a 9,9 millones de beneficiarios que han participado en 46.209 iniciativas.
De cara al 2016, la entidad cuenta con un presupuesto de 500 millones de euros, la misma partida que en los ocho años precedentes y que la consolida como la fundación más importante de España para recursos invertidos en acción social y en una de las más importantes de Europa y del mundo. Los programas sociales continuaran siendo prioritarios este año, con la lucha contra la pobreza infantil y el fomento de la ocupación principalmente.
Para más información:
Gabinete de Prensa ATREVIA
Pol Masdeu
pmasdeu@atrevia.com
93.419.06.30
Área de Comunicación Fundación Pasqual Maragal
Eva Nebot
enebot@fpmaragal.org
93.316.09.90
Departamento de Comunicación de la Obra Social ”la Caixa”
Irene Roch: 934 046 027 / 669 457 094 / iroch@fundaciolacaixa.es
http://www.lacaixa.es/obrasocial/
Sala de Prensa Multimedia
http://premsa.lacaixa.es/obrasocial/
Una enfermera de cuidados paliativos revela de qué se arrepienten más los enfermos antes de morir
Fuente: www.abc.es
Las personas gravemente enfermas que saben que van a morir en pocas semanas suelen reflexionar sobre la vida que han llevado. Y algunas veces no lo hacen en términos positivos.
De esto trata el libro «Top 5 Regrets of the Dying» (Los cinco mayores arrepentimientos de los que van a morir), escrito por la enfermera Bronnie Ware.
En la obra hay una moraleja clara: la gente recuerda más en sus últimos momentos a sus seres queridos y a las relaciones que disfrutaron, que el dinero y las posesiones materiales. «Las personas que se mueren quieren dejar sus asuntos financieros en orden. Pero no es el estatus o el dinero lo que les importa. Al final todo gira alrededor del amor y de las relaciones».
El top 5 del que habla Ware es el siguiente:
1. Ojalá hubiera tenido el valor de vivir la vida que quise, no la que los demás esperaban de mí.
Para Ware es el arrepentimiento más común. En vez de centrarse en cumplir sus sueños, muchos los aparcaron y decidieron vivir una vida que no les pertenecía.
2. Ojalá no hubiera trabajado tanto
La enfermera revela que todo el mundo recuerda sus horas laborables como tiempo perdido que no dedicó a lo realmente importante: su familia y sus amigos.
3. Ojalá hubiera tenido el valor suficiente para expresar mis sentimientos
Muchos de los que van a morir confiesan que renunciaron a sus legítimos deseos, opiniones y sentimientos para evitar un enfrentamiento.
4. Ojalá hubiera mantenido el contacto con mis amigos
Las relaciones satisfactorias que no fueron adecuadamente cuidadas y que terminaron por morir son una gran fuente de dolor.
5. Ojalá me hubiera permitido ser más feliz
Estar más pendiente de agradar a los demás que a uno mismo, tener miedo al cambio o prestar atención a pequeñeces que no tienen importancia, son algunas de las rendijas por las que se escapa la felicidad.
Abren un nuevo camino para tratar el Alzheimer y el Parkinson
Fuente: agencias.abc.es. EFE
Una investigación liderada por el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM), la Universidad Pompeu Fabra y la Universidad de Tampere (Finlandia) ha demostrado que regular los lípidos de las membranas neuronales, podría ser clave para tratar el Alzheimer y el Parkinson.
El estudio, publicado en la revista 'Scientific Reports' del grupo Nature, ha demostrado por primera vez, usando herramientas computacionales, que los lípidos poliinsaturados pueden alterar la velocidad de unión de dos tipos de receptores involucrados en algunas enfermedades del sistema nervioso.
El trabajo ha sido liderado por investigadores del Programa de Investigación en Informática Biomédica del IMIM y también ha contado con la participación de investigadores de la Universidad de Barcelona.
Mediante simulaciones moleculares de última generación, lo que vendrían a ser como "microscopios computacionales", los investigadores han demostrado que una disminución de lípidos poliinsaturados en las membranas neuronales, como sucede en los enfermos de Parkinson o Alzheimer, afecta directamente a la velocidad de unión de los receptores de dopamina y adenosina.
Estos receptores forman parte de la familia de los receptores acoplados a la proteína G (GPCR), localizados en la membrana celular y encargados de transmitir señales al interior de la célula.
Según ha informado el IMIM, hasta ahora, distintos estudios habían demostrado que el perfil lipídico cerebral de personas con enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson es muy distinto al de personas sanas.
Estos estudios mostraban que los niveles de un ácido graso poliinsaturado presente en las membranas neuronales son considerablemente más bajos en el cerebro de los individuos enfermos.
Los investigadores creen que esta diferencia en la composición lipídica de las membranas podría alterar la forma en la que ciertas proteínas interactúan entre ellas.
Según Jana Selent, investigadora de Farmacoinformática del IMIM y de la UPF, "recientemente se ha descubierto que el complejo proteico formado por la unión de los receptores de dopamina y de adenosina, dos GPCRs claves en diversos procesos cerebrales, podría ser una potencial diana terapéutica en enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson o el Alzheimer".
"Nuestro estudio sugiere que los lípidos poliinsaturados como el DHA pueden modular la velocidad a la que se forma este complejo proteico, lo cual podría a su vez afectar su función", ha añadido.
Los investigadores han utilizado técnicas de simulación molecular de última generación que permiten observar a nivel casi atómico dinámicas biológicas que de otra forma no pueden ser descritas con técnicas experimentales.
"De esta forma, aprovechándonos de las últimas tecnologías en el campo de la biocomputación, hemos podido simular la dinámica de unión de estos dos receptores en distintas membranas lipídicas, un escenario biológico de relevancia para enfermedades del sistema nervioso", ha explicado Ramon Guixà González, investigador afiliado actualmente al Hospital Charité de Berlín y coautor de este estudio.
Estos resultados permitirán, en un futuro, iniciar nuevas vías de intervención terapéutica para regular la unión de estos receptores y abren también la puerta a estudiar otros escenarios similares en los que determinados lípidos de membrana puedan modular el comportamiento de otros receptores importantes a nivel clínico.
Aunque, según los investigadores, el reto más importante a corto plazo, consiste en estudiar cual es el impacto real de disminuir o aumentar la velocidad de formación de este complejo proteico en la función celular donde se expresa.
Los nuevos casos de demencia 'caen' un 20% por década desde 1970
Fuente: www.elmundo.es Autora: Laura Tardón
Un total de 47,5 millones de personas en el mundo padecen demencia y lejos de reducirse, la Organización Mundial de la Salud (OMS) espera que se triplique de aquí a 2050.
A pesar de la preocupación que genera esta 'explosión' de casos, un nuevo estudio lanza un mensaje esperanzador: la tasa de nuevos diagnósticos, es decir, la incidencia, ha disminuido en los últimos 30 años.
Los datos que sustentan esta conclusión los desvela esta semana la revista médica New England Journal of Medicine. Según los autores de este trabajo, realizado en Boston, sus resultados refuerzan la idea de que la demencia se puede prevenir o al menos retrasar, lo que "podría alientar no sólo a la población en general, sino a los organismos de financiación y a la comunidad científica para explorar más en profundidad sobre los factores" que subyacen en esta tendencia positiva, ya sean demográficos, el estilo de vida u otros aspectos ambientales.
Dado que la esperanza de vida es cada vez mayor, se prevé que la prevalencia de esta enfermedad también aumente progresivamente. Concretamente, se espera que el número de personas afectadas en el mundo alcance los 75,6 millones en 2030 y los 135,5 millones en 2050. Así lo señalaba el informa de la OMS, con el título: Demencia: una prioridad de salud pública. El tratamiento y el cuidado de las personas con demencia en la actualidad le cuestan al mundo más de 460.000 millones de euros por año.
Sin embargo, aunque la prevalencia incremente, existe otra medida de frecuencia de enfermedad que se muestra más favorable. Se trata de la incidencia, o lo que es lo mismo, el número de casos nuevos que se registran cada año. El documento de la OMS apunta alrededor de 7,7 millones anuales. Es aquí donde parece haber novedades con mejor color.
La base de este trabajo se encuentra en los datos del reconocido Framingham Heart Study (FHS), un estudio epidemiológico y prospectivo que se inició en 1948 con una cohorte inicial de 5.209 personas de Framingham (Massachusetts, EEUU), cuyas edades oscilaban entre los 30 y 62 años, sin historial ni síntomas de enfermedad cardiovascular ni de accidente cerebrovascular. Desde entonces, el trabajo ha incluido las nuevas generaciones y, 68 años después, continúa abierto. A lo largo de este tiempo, se han podido identificar los principales factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, tales como la hipertensión o el colesterol alto, y también de otras condiciones fisiológicas como la demencia.
Desde 1975 se ha hecho un seguimiento continuo de los participantes del FHS para detectar el deterioro cognitivo propio de la demencia, teniendo en cuenta factores de riesgo como la educación, el tabaquismo, la presión arterial y condiciones médicas como la diabetes, la hipertensión o el colesterol alto.
Casi 40 años estudio
Ante la sospecha de problemas neurológicos y neuropsicológicos, se procedía a realizar exámenes clínicos al paciente en entrevistas con los miembros de su familia. Tras el análisis de los datos de casi cuarenta años en cuatro periodos distintos (1970, 1980, 1990 y 2000), los investigadores observaron una disminución progresiva de la incidencia de la demencia, con una reducción media del 20%por década desde que se comenzó a recabar información (1970). El descenso fue mayor aún con un tipo de demencia causada por enfermedades vasculares, como el ictus. También se registraba un efecto decreciente de las enfermedades del corazón.
"En la actualidad no existen tratamientos eficaces para prevenir o curar la demencia", comenta uno de los investigadores en el artículo, Sudha Seshadri, del departamento de Neurología de la facultad de Medicina de la Universidad de Boston. Sin embargo, el hecho de que la incidencia esté disminuyendo, "ofrece esperanza, demuestra que algunos casos se pueden prevenir o al menos retrasar [...] Una prevención eficaz podría disminuir incluso la prevalencia en las próximas décadas". Pero para ello, Seshadri y su equipo de científicos animan a los organismos de financiación y a la comunidad científica para profundizar en las variables que pueden estar influyendo en esta tendencia positiva.
Aunque el estudio no está diseñado para identificar las causas de este decrecimiento,tal y como argumenta Pablo Irimia, vocal de comunicación de la Sociedad Española de Neurología (SEN), probablemente se deba a dos factores: "Mejores estrategias de prevención en cuanto al control de factores como el tabaquismo o la hipertensión, que son los que favorecen el segundo tipo de demencia más frecuente, la vascular (causada por pequeños accidentes cerebrovasculares) y mejor prevención y tratamiento de los ictus (la actual terapia consigue reducir el tamaño y las secuelas del infarto), lo que reduce la tasa de demencias originadas por ictus". En cuanto al Alzheimer, que es la demencia más frecuente, los factores de enfermedad cardiovacular también influyen por lo que un mejor control de las variables ayuda también a retrasar o prevenir la demencia.
A pesar de que FHS es un estudio reconocido y muy potente, los propios autores admiten que "la muestra de población es mayoritariamente de origen europeo y que se necesitan más estudios para ampliar los resultados a otras poblaciones".
Además, los investigadores tampoco incluyen los efectos de otras variables como cambios en la dieta y el ejercicio. No obstante, agrega otro de los científicos, Carole Dufouil, director del Instituto Nacional francés de Salud e Investigación Médica (Inserm), Burdeos (Francia), en vista de las conclusiones, "es muy probable que la prevención primaria y secundaria y una mejor gestión de las enfermedades y los accidentes cerebrovasculares cardiovasculares y sus factores de riesgo, pudieran ofrecer nuevas oportunidades para ralentizar la carga proyectada en ese momento de la demencia en los próximos años". Un objetivo en absoluto fácil a corto plazo.
Para David S. Jones, del departamento de Salud Global y Medicina Social de la Facultad de Medicina de Harvard, el trabajo de Satizabal (autor principal) y sus colegas muestran una "robusta evidencia que contribuye a una visión más optimista de la demencia", ya que abre la puerta a una posible "recaída de la tasa de la enfermedad". Así lo remarca en un documento publicado también en el último número de la revista New England Journal of Medicine.
José Félix Martí Massó: «Las enfermedades de la vejez se deben prevenir desde la infancia»
Fuente: www.diariovasco.com
Autora: Ane Urdangarin. San Sebastian
El doctor José Félix Martí Massó, jefe de Neurología del Hospital Universitario Donostia, abrió la pasada semana la primera de las seis conferencias sobre envejecimiento cerebral que conforman el programa 'Erronkak' de la academia Jakiunde, y que se enmarca dentro de la Capitalidad Europea de la Cultura de Donostia 2016.
¿Cuándo empieza la vejez? Muchos lectores se ofenden si empleamos el término anciano...
Creo que tampoco hay que evitar hablar de vejez, ancianidad, senectud o tercera edad, creo que se pueden considerar sinónimos para referirse a una etapa de la vida a partir de los 65 años. Es lo que se llama el límite de umbral fijo. Luego está el móvil: la vejez debería estar en relación con la esperanza de vida al nacer, que está en cerca de los 85 años en mujeres y 80 en hombres. Entonces, sería unos 17 años antes de que llegue ese final de la vida. Es verdad también que la edad biológica no es lo mismo que la cronológica: algunos con 70 años están muy bien y otros, muy mal. Y eso tiene que ver mucho con la forma en la que envejeces, y las enfermedades están asociadas a la vejez.
No sé dónde he dejado las llaves. ¿Cuándo habría que preocuparse?
Probablemente el de la memoria es el cambio de conducta que a la gente más le preocupa. Hay olvidos de cosas que hacemos de forma rutinaria sin prestar demasiada atención y que son muy frecuentes en la vejez, al igual que al evocar palabras, no las encontramos con tanta facilidad como de jóvenes. Estos olvidos no son preocupantes. Pero es verdad que hoy en día sabemos que la enfermedad de Alzheimer es muy probable en la vejez y empieza unos 20 años antes, aunque al principio es asintomática y luego empieza con cambios de memoria leves.
¿La demencia es inherente a la edad?
No, pero lo digo con voz pequeña, porque a más edad, la proporción de enfermos aumenta. A los 80 años afecta a un tercio de la población y, a los 90, a la mitad. Hay algunas personas que han llegado a edades avanzadas sin demencia, pero no quiere decir que si hubiéramos examinado su cerebro no hubiésemos encontrado cambios patológicos que podrían haber desarrollado la demencia años más tarde. Y no todos los cambios que ocurren en el cerebro son proporcionales al grado de deterioro cognitivo.
¿Por qué?
Por la reserva cognitiva, que es mayor en las personas que hacen más ejercicio físico y una mayor actividad intelectual. Parece que tiene que ver con factores de crecimiento que existen en el cerebro, que aumenta en esas personas que probablemente tienen redes neuronales más activas y sinapsis más eficaces, lo que hace que al mismo grado de lesión haya menos deterioro.
¿Cuáles son las claves para trabajar esa reserva?
Quiero insistir en esos factores importantes para un envejecimiento saludable: la dieta, el ejercicio físico, la actividad psíquica y la social son aspectos muy importantes, pero la prevención de las enfermedades de la vejez no empieza en la vejez, sino en la infancia. Fumar, beber, tomar sustancias tóxicas, tener una vida desordenada, la obesidad... todo eso va mal siempre.
Ha citado las relaciones sociales. ¿Y la soledad en la vejez?
La soledad comporta cambios en el funcionamiento del cerebro. Es cierto que muchos cambios en la vejez tienen connotaciones negativas, pero hay formas diferentes de ver las cosas. Probablemente vas ahora al golf Basozabal y los jubilados que te encuentras te dirán que están muy buen. Es gente sin problemas de salud, ni económicos, no tienen obligaciones... Muchos de ellos están por debajo de los 75, 77 años. Y luego te vas a una residencia, o te fijas sobre todo en mujeres mayores. Mi madre, por ejemplo. Va a hacer 95 años. Se le han muerto todas las amigas con las que salía a tomar café y a charlar. Cambia de chica frecuentemente porque tiene miedo de que una le robe, dice que la otra no le hace las cosas como quiere... Sus hijos y nietos cada uno hacemos nuestras vidas. Todas sus aficiones se han ido limitando. Tiene la cabeza bien, que es una gran suerte, aunque salga en silla de ruedas. La soledad es una sensación de aislamiento. ¿Qué hago en esta vida? Efectivamente, la soledad es un factor importantísimo en el mantenimiento del ánimo, porque cuando la gente se deprime aumenta el riesgo de que sus cambios cerebrales se manifiesten, es un factor agravante de la situación cognitiva. La soledad es un problema importante.
Hemos hablado de la memoria, ¿pero qué otras conductas deberían ponernos en alerta?
Por ejemplo, la función ejecutiva. Una prueba que hacemos mucho es el simple hecho de dibujar un reloj, que parece fácil, pero ahí hay una parte de la función ejecutiva y se altera prácticamente en todas las enfermedades cerebrales desde fases relativamente precoces. También pueden darse alucinaciones.
No solo en la vejez...
Es verdad que en la vida real la gente suele tener una pequeña sensación de 'había algo aquí'. Eso es transitorio, leve y no tiene más importancia. Pero en gente que toma determinados fármacos o, sobre todo, tiene demencia con cuerpos de Lewy, son muy frecuentes las alucinaciones, que también pueden ser auditivas tipo 'esos vecinos que hacen tanto ruido'. Son síntomas que hay que vigilar. Como la apatía. Hay gente, sobre todo varones mayores, que no se quejan, no dan guerra y se consulta menos. Pero la apatía, cuando va acompañada de tristeza, es un síntoma de depresión o de algunas demencias, sobre todo con cuerpos de Lewy.
¿Las personas con demencia son conscientes de la pérdida de facultades?
Los enfermos de Alzheimer te dicen que de memoria están muy bien, aunque luego no sepan decirte en qué día estamos. La anosognosia es un problema en las mujeres porque no quieren dejar de hacer las tareas de casa o cambiar de domicilio, y en los hombres que quieren mantener el carné y seguir conduciendo.
¿Cuando envejecemos nos emocionamos como niños?
Tanto los niños como los mayores se ríen y lloran más fácil, hay menos control. También es verdad que la gente que está deprimida llora y la que está maníaca, eufórica, ríe con mayor facilidad. Es bueno reír, tener humor y ánimo.
¿Nos volvemos más desconfiados?
Hay gente desconfiada de toda la vida, y eso se acentúa con la edad. Son un grupo de gente vulnerable, sobre todo las mujeres mayores. Es cierto que es noticia relativamente frecuente que a una mujer le han arrancado las joyas o le han esperado a la salida del cajero. Pero luego está el tema de olvidarse de dónde se han dejado las cosas y pensar 'me las han robado'. Esta idea de robo frecuente es muchas veces por la amnesia.
Y luego está la celotipia, lo de 'mi marido me engaña, me la pone con la cuidadora'. Es una idea delirante patológica. Además, los enfermos con demencias frontotemporales pierden muy pronto la empatía, la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Todos estos son cambios que habría que valorar y que pueden ser síntomas de una enfermedad neurodegenerativa.
No todo es a peor. ¿A mayor edad, mayor sabiduría?
La sabiduría tiene que ver más con la aplicación de la inteligencia a la experiencia personal con el tiempo. Tiene que ver con determinadas actitudes prosociales, con un conocimiento pragmático que hace que tomes las decisiones de una forma más reflexiva, la capacidad de controlar las emociones de una forma mejor, con la edad eres más tolerante... Y reconoces y haces frente con mayor eficacia a la incertidumbre.
¿Qué me dice de los roles a los que se va a referir en la charla?
En la infancia la gente aprende para trabajar, no tanto para ser feliz en la vejez, para el adulto todo es trabajo y, en la vejez, todo es tiempo libre. Suelo decir que si a los niños les diéramos más dinero, a los adultos más tiempo y a la vejez más salud, probablemente convertiríamos al mundo en más eficaz.
¿Habría que adaptar esos roles?
Entiendo que habrá que modificarlos. Yo cumplo 69 años en mayo y quiero seguir trabajando. Si me quitan el trabajo, me quitan una parte muy importante de toda la vida en la que me he formado. Tengo experiencia, mayor capacidad para entender muchas cosas y más empatía. He tenido dos cánceres y el estar al otro lado... Cuando ahora explico a alguien su enfermedad, me pregunto: ¿Cómo me gustaría que me lo dijeran?
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