gerontología > envejecimiento activo

 

 

 

 

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gerontología > envejecimiento activo

La buena salud es un bien inapreciable de las personas. Del mismo modo, para el crecimiento económico y el desarrollo de las sociedades, es indispensable que la población en general tenga un nivel elevado de salud.

Las personas de edad, tienen pleno derecho a contar con acceso a la atención preventiva y curativa, incluída la rehabilitación y los servicios de salud sexual. Esto entraña el reconocimiento de que las actividades de promoción de la salud y prevención de las enfermedades a lo largo de la vida, deben centarse en el mantenimiento de la independencia, la prevención y la demora de las enfermedades y la atención de las discapacidades, así como el mejoramiento de la calidad de vida de las personas de edad que ya estén discapacitadas.

Los servicios de salud, deben incluir la capacitación del personal necesaria y recursos que permitan atender las necesidades especiales de la población.


Definición de Salud según la OMS

Estado de completo bienestar físico, menal y social y no meramente como la ausencia de enfermedades o padecimientos


Llegar a la vejez gozando de buena salud y bienestar, requiere un esfuerzo personal y un entorno favorable. La creciente necesidad de asistencia y tratamiento de una población que envejece, exige políticas adecuadas.

Se debe estimular a las personas mayores a vigilar y mejorar su propia salud. Las actividades de promoción de la misma y el acceso universal de las personas de edad a los servicios sanitarios durante toda la vida, son el pilar del envejecimiento de calidad. No hay que olvidar que las mejoras económicas y sociales de los ancianos, también repercutirán en mejoras en su salud, ya que propiciarán una mejor nutrición, menor sedentarismo, mejores relaciones sociales, etc.

Medidas para lograr un envejecimiento activo

La II Asamblea Mundial sobre el envejecimiento de las Naciones Unidas, celebrada en Madrid en el 2002, propone, entre otras, las siguientes medidas:

. Lograr la seguridad alimentaria garantizando un suministro de alimentos sin riesgos y adecuado en lo referente a la nutrición y alentar a una dieta equilibrada ofreciendo información sobre las necesidades especiales de este colectivo a todos los profesionales y cuidadores informales.

. Adoptar medidas para velar por la distribución en condiciones de igualdad a los mayores de los recursos para la atención de la salud y la rehabilitación, propiciando la cobertura de las zonas subatendidas (zonas rurales y remotas) e incluyendo el acceso a los medicamentos esenciales y medidas terapéuticas a precios asequibles

. Educar y potenciar a los mayores en la utilización y selección eficaz de servicios de salud y rehabilitación, incluyéndoles en la planificación, ejecución y evaluación de los programas.

Impartir nociones básicas de gerontología y geriatría a los trabajadores de atención primaria de salud y a los trabajadores sociales.

. Alentar, en todos los niveles, las disposiciones e incentivos para movilizar a las empresas comerciales (especialmente a las farmaceuticas), a fin de que hagan inversiones encaminadas a descubrir medicamentos que se puedan distribuir a precios asequibles para curar las enfermedades que afligen en particular a las personas de edad en los países en desarrollo, e invitar a la OMS a que considere la posibilidad de mejorar las alianzas entre los sectores público y privado en materia de investigación sobre la salud.

. Promover el establecimiento y la coordinación de una gama completa de servicios de atención continua, incluídos los de prevención y promoción, atención primaria, cuidados intensivos, rehabilitación, atención de enfermedades crónicas y atención paliativa, de modo que los recursos se puedan desplegar con flexibilidad para atender a las necesidades cambiantes de salud en los mayores.

. Establecer servicios gerontológicos especializados y perfeccionar la coordinación de sus actividades con los servicios de atención primaria de salud y los servicios de asistencia social.

La Jubilación y el tiempo libre en la vejez

De acuerdo con el Diccionario de la R.A.E, cuando hablamos de jubilación, nos referimos al retiro del mundo laboral por haber cumplido la edad exigida por la ley o por estar incapacitado para trabajar.

Habitualmente, podemos utilizar el término jubilación en dos sentidos diferentes:

– El que hace referencia a un proceso de transición desde la vida laboral a una vida sin trabajo remunerado

– Pero también hablamos de jubilación para referirnos al periodo de la vida que se extiende desde que se abandona el trabajo pagado hacia delante.

Aunque no se trata de un fenómeno universal ni transcultural, en nuestra sociedad la jubilación constituye un cambio importante en el ciclo vital porque modifica nuestra estructura de funciones, nuestros hábitos, la organización de nuestra vida diaria y repercute intensamente sobre nuestro sentido de eficacia y de competencias personales (Galvanovskis y Villar, 2000).

La etapa de la jubilación, plantea interesantes desafíos a las personas que, entre otras cosas, han de aprender a ocupar de forma satisfactoria y significativa el mucho tiempo libre del que disponen.

Agulló-Tomás (2001) a partir de un análisis discursivo sobre la jubilación obtenido de personas mayores, reduce a cinco las actitudes hacia la jubilación: rechazo, aceptación, liberación, oportunidad y ambivalencia.

1. La actitud de rechazo: la vida se percibe vacía de sentido, sin la posibilidad de mantener el estatus y/o el nivel de vida previo.

2. Actitud de aceptación: actitud conformista y resignada. Acepta la jubilación como algo inevitable, como una etapa más a la que debe enfrentarse. Este tipo de actitud es característico de personas de estatus medio y bajo.

3. La actitud de liberación: Pensar que es un premio al trabajo realizado. Pero este tipo de actitud, tiene el riesgo de provocar aburrimiento y apatía por la falta de expectativas, proyectos y actividades con las que llenar el tiempo que antes se dedicaba al trabajo.

4. La actitud de la oportunidad: Significa que la persona desea jubilarse. Con la jubilación, viene la posibilidad de poner en marcha proyectos y actividades que hasta entonces no se han podido realizar: voluntariado, ocio, relaciones sociales, viajar, etc.

Por otro lado, Lennartsson y Silverstein (2001) han comprobado que un elevado porcentaje de las actividades de los mayores son sedentarias y se realizan en solitario. Además, los mayores que inician alguna actividad nueva después de jubilarse, son aún pocos (el 13,2% según estimaciones del Observatorio de Mayores-IMSERSO en el 2004).

Es muy importante realizar distintos tipos de actividades tras la jubililación dados los efectos físicos y mentales específicos que generan. La actividad desarrollada durante la vejez, se ha relacionado con la mortalidad y la supervivencia de las personas:

Lennartsson y Silverstein (2001) demostraron que las actividades de carácter solitario-activo, se asociaban a una disminución del riesgo de muerte
Sabin (1993), comprobó que actividades como ir a la iglesia, el voluntariado o ir a ver a amigos, se relacionaban con una menor mortalidad

También se sabe que las actividades de tipo físico (p. ej., caminar) y las productivas y sociales (p. ej., el voluntariado) reducen estados depresivos y aumentan la felicidad.

Los programas de preparación para la jubilación han de asentarse y convertirse en una posibilidad real para ser realizados cualquiera que sea el entorno de vida o el contexto laboral al que se pertenezca.

En España, el IMSERSO, para fomentar un envejecimiento activo, viene desarrollando dos programas:

. Vacaciones  »más información

Programa social de vacaciones destinadas a personas mayores, con los objetivos de facilitar la incorporación de este colectivo a las corrientes turísticas, al tiempo que paliar las consecuencias que en materia de empleo produce el fenómeno de la estacionalidad en el sector turístico del país.

. Termalismo »más información

El Estado a través del Programa de Termalismo Social, proporciona a los pensionistas que, por prescripción facultativa precisen los tratamientos que se prestan en los balnearios y que reúnan determinados requisitos, el acceso, a precios reducidos, a estos establecimientos.

El Programa está organizado y financiado por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales a través del Instituto de Mayores y Servicios Sociales, quien anualmente concierta con establecimientos termales la reserva de plazas en balnearios para la estancia y tratamiento de los usuarios del Programa.

Bibliografía

Gerontología. Un saber Multidisciplinar (2004). Soledad Ballesteros Jiménez. Editorial Universitas, S.A

Revista Española de Geriatría y Gerontología. Agosto 2002, Volumen 37, Suplemento 2, Págs 1-122

Informe Portal Mayores nº51 “Demografía y envejecimiento” (2006) Julio Pérez Díaz.

Informe Portal Mayores nº65 “Jubilación y tiempo libre en la vejez”. Bueno Martínez, Belén; Buz Delgado, José. 2006

Informe Portal Mayores nº66 “Las relaciones intergeneracionales”. Bueno Martínez, Belén; Buz Delgado, José. 2006

El fomento y la dinamización de la participación social de las personas mayores. Edita: Consejería de vivienda y Bienestar social del Pdo. de Asturias

Programas intergeneracionales. Hacia una sociedad para todas las edades. Colección estudios sociales nº23. Obra Social Fundación La Caixa

 

 

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